Vamos al grano: la Guardia Nacional va. No tiene caso agregar más líneas sobre esta decisión. Así que muerto el Rey, demos vuelta a la hoja. Hoy, ahora, nos es más útil saber lo que estará haciendo esta institución. Y la única forma de saberlo es conociendo lo que hace la Policía Federal (PF). Porque ésta es la encargada de la seguridad pública en el fuero federal. Ninguna otra. Las policías Militar y Naval no han estado, porque no han tenido que estarlo, a cargo de esto. Así que estas policías tendrán que aprender muy rápidamente, y bien, cómo se hace seguridad pública. Pero en esta nota le mostraré que la seguridad pública es muy difícil y que no se aprende en poco tiempo.
Primero entendamos que la seguridad pública consiste en sancionar infracciones administrativas, prevenir delitos, investigarlos, perseguirlos, y finalmente hacerse cargo de la reinserción de los sentenciados. Legalmente, esto es. Se dice rápido. Pero en la práctica, ya podrá usted imaginarse todo lo que implica.
El Plan Nacional de Paz y Seguridad dice que la Guardia Nacional se encargará de (1) la prevención del delito, (2) la preservación de la seguridad pública y (3) el combate a la delincuencia en todo el país. Bien. Queda claro. Básicamente se le pedirá hacer lo mismo que ya hace la PF, pero con la salvedad de que promete hacerlo mucho mejor. Sólo que, como anoté arriba, la seguridad pública son muchas cosas. Así que vamos por partes.
Por ejemplo, sobre lo primero, la prevención del delito. En este punto, conviene saber que la PF utiliza a alrededor de 58% de sus elementos operativos en actividades de este tipo (Enecap, 2017). Esto es natural porque sólo en esto se realizan unas 21 actividades diferentes. Y le comento que luego se hacen otras actividades más, como las de reacción ante el delito (41 actividades diferentes), las de seguridad en carreteras federales, aeropuertos y fronteras (39), las de resguardo de instalaciones estratégicas (6), y las de inteligencia e investigación científica (10). Estadísticamente, nos dice Inegi, la PF reporta realizar 117 actividades (Enecap, 2017).
Pero la seguridad pública no sólo es difícil por la variedad de actividades que implica, sino por su complejidad. El trabajo de entrenamiento que tiene la Guardia Nacional por delante es enorme. Así que no esperemos resultados ni inmediatos ni perfectos. Habrá que ser pacientes. Tal vez hasta algo tolerantes en materia de DH. Porque como bien ha dicho Alejandro Hope, el diablo está en los detalles. Y en cosas de policía, créame, más sabe el diablo, por diablo, que por viejo.
Vea ahora unos ejemplos sobre acciones en las que un nuevo guardia nacional necesitará entrenarse. Sólo en prevención del delito, los policías militares, navales, y los nuevos reclutas, tendrán que aprender desde “controlar y dispersar disturbios” hasta “mediar en conflictos”. Note que ambas requieren hacerse no desarmado, pero sí con el gatillo bien asegurado y el tolete en su lugar. En materia de preservación de la seguridad pública, tendrán que aprender a realizar desde “pruebas de alcoholemia”, hasta “escoltar procesiones” y “explicar sanciones a conductores que violen el reglamento de tránsito”. Que cabe decir, esto último requiere más vocación (de santa paciencia) que cualquier otra cosa. Los reclutas de mecha corta no pasarán estas pruebas. Y en cuanto a combate a la delincuencia, deberán aprender (bien y rápido) a “entrevistar testigos”, “remitir denuncias ciudadanas”, etcétera. Nada de esto es fácil ni se aprende en poco tiempo.
El mismo Plan reconoce, acertadamente, que “los soldados y marinos no han sido entrenados… para prevenir e investigar delitos” (p. 13). Efectivamente. Nada fuera de la legislación castrense ha sido su trabajo. Y que yo sepa, la policía militar sólo ha trabajado al interior de sus instalaciones, porque ese ha sido su espacio natural de trabajo. Lo mismo que con los Jueces Militares que nunca han tenido competencia en lo civil. ¿Se imagina usted que se fusionaran las justicias militar y civil, bajo el mando de la militar, para crear una Justicia Nacional? Independientemente de lo descabellado que esto sería (espero no estar dando ideas), la reorganización sería algo epopéyico.
Pues algo similar sucede con la Guardia Nacional. Lo que hará no es nada nuevo. Pero la reorganización será mayúscula. Y por el bien de todos, espero que muchos de los elementos de la PF se mantengan en sus posiciones. Que no deserten. Porque serán ellos los que tengan que mantener la seguridad pública en marcha mientras entrenan a los demás. No puede ser de otra manera.
Corolario para el Comité Central: la tentación por la simplicidad no forma parte del idealismo. Es ilusionismo.