¿Qué hacer de cara al éxodo centroamericano hacia Estados Unidos y México?

Decenas de miles de centroamericanos desesperados tratando de huir de la violencia sistémica y llegar a Estados Unidos se concentran en las fronteras sur y norte de México.

La propuesta de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) al Plan de Desarrollo Integral (PDI) El Salvador-Guatemala-Honduras-México (http://bit.ly/2EtiZxQ) es muy pertinente, y tendrá que ser complementada con la contribución de los gobiernos nacionales.

Su objetivo no puede ser parar la migración —sólo la transición demográfica puede encargarse de ello. Es más, cuando aumenta el ingreso, crece también la migración, pues un mayor número de personas tienen dinero para pagarle al coyote.

Planteo aquí algunos desafíos para el aterrizaje e instrumentación del Plan:

1. El contexto político centroamericano. El periodista salvadoreño @CarlosDada describe así #Centroamérica hoy: #ELSALVADOR - Pacto de impunidad #GUATEMALA - Pacto de corruptos #HONDURAS - Pacto de corruptos #NICARAGUA - Paro general. Las oligarquías impulsan una estrategia económica extractiva y depredadora, secuestran al Estado para su beneficio privado y expulsan a las comisiones de investigación de la corrupción, para permanecer en total impunidad.

2. Las relaciones con México. Son tensas en el caso de Guatemala, donde habrá nuevo gobierno a partir del 14 de enero de 2020; por definirse en el caso de El Salvador- habrá que ver qué hace Nayib Bukele a partir del 1 de junio de 2019; distantes en el caso de Juan Orlando Hernández, de Honduras, cuyo mandato termina el 27 de enero de 2022.

3. La gobernanza de la migración. @AlianzaAmericas, la red más consolidada de migrantes latinoamericanos en Estados Unidos, plantea: ‘La llegada de un nuevo gobierno creó expectativas de que México impulsaría una nueva política en materia de migración y refugio basada en la protección y defensa de los derechos humanos de las personas migrantes y solicitantes de asilo. Cinco meses más tarde, observamos que esta propuesta se ha mantenido en el discurso, más no en las acciones. La política migratoria sigue marcada por la contención, detención y deportación de flujos mixtos’. Necesitamos apoyar el genuino compromiso de Olga Sánchez Cordero, Alejandro Encinas y Tonatiuh Guillén con una gestión migratoria humanitaria, que no se ha afianzado en el terreno a causa de las insuficiencias presupuestarias y del fuego de quienes lucran con la trata, el tráfico, la extorsión y el secuestro de migrantes.

4. La apropiación social del PDI. No bastará acordar con los gobiernos. Hará falta construir una plataforma transversal de interlocutores y socios con académicos, organismos de la sociedad civil, gente de las iglesias, fundaciones del sector privado, y entidades de la cooperación internacional para sortear las discontinuidades político-partidistas.

5. ¿De dónde vendrá el dinero? Trump no sólo no le va a invertir al desarrollo centroamericano, sino que está recortando la ayuda. Lo que es peor: de aquí a las elecciones presidenciales de EEUU, el 3 de noviembre de 2020, Trump continuará tomándonos como piñata política. Habrá que tocar otras puertas.

La construcción de infraestructura física (carreteras, puentes, red eléctrica, puertos, telecomunicaciones) es indispensable. Sin embargo, precisamente por los desafíos aquí listados, el camino al desarrollo social, ambiental, político, institucional y cultural, tendrá que construirse apoyando iniciativas que empoderen a la sociedad misma en rubros como la educación, el acceso al agua limpia y el acceso a la justicia.


Profesor asociado en el CIDE.
@ Carlos_Tampico

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