Subaru es de esas marcas que no se caracterizan por ser el alma de la fiesta: se mueve muy discreta en el mercado mexicano, aun cuando tiene lanzamientos importantes. Y qué lastima porque, si quisiera, podría ser protagonista en cada uno de los segmentos en los que tiene participación.
El problema de esta automotriz no es la calidad de sus autos sino, más bien, su poca actividad de mercadeo y las infimas actualizaciones que les hacen a sus modelos en cuanto a diseño.
Fuera de lo anterior, los vehículos de Subaru dan para que la marca grite a los cuatro vientos que su gama, en términos de conducción, es de las que mejores experiencias ofrecen. Aquellos que son o han sido dueños de uno—o por lo menos se han subido a un auto de esta compañía japonesa— saben a qué nos referimos, pues es difícil encontrar a alguien que no quede perdidamente enamorado del auto, sin importar si la configuración de carrocería es SUV, crossover, coupé, hatchback o sedán.
Una muestra de lo que decimos es este nuevo Outback, el cual — ya lleva un par de años sin un cambio radical— fue presentado para nuestro mercado en su versión 2017 apenas hace un par de meses, justo al mismo tiempo en que la compañía estrenó oficinas en la Ciudad de México y dio a conocer su nueva estrategia para posicionar de mejor manera a la marca.
Una maravilla en el manejo. Como lo decíamos, los Subaru son una delicia en la conducción, dan la sensación de estabilidad, equilibrio, confianza y seguridad tanto en rectas como en curvas, esto gracias a que cada elemento del auto —además de cumplir con su función principal— fue desarrollado para ayudar en otros puntos que mejoran la calidad de manejo. Un ejemplo son los motores Boxer —en este caso probamos la versión Limited 3,6 litros, el tope de gama— los cuales tienen la particularidad, además de su excelente capacidad de empuje, de estar posicionado en forma horizontalmente opuesta, la cual coloca los pistones a 180 grados de distancia para crear un perfil más bajo y plano con el fin de tener un centro de gravedad más bajo. Esto se traduce en maniobras más precisas y confiables.
A lo anterior hay que sumar el control y agarre que aporta el sistema de tracción S-AWD que en todo momento distribuye la potencia en las cuatro ruedas para hacer frente a cualquier tipo de camino y sus adversidades. Por ejemplo, en un tramo en repavimentación se tienen síntomas de inestabilidad y deslizamientos por el raspado en el asfalto, pero en el caso de este Outback hasta parece que es su hábitat natural: el agarre, empuje y control es sumamente destacable.
A pesar de que parece ser un vehículo más para el esparcimiento, este Outback también es capaz de ofrecer un alto nivel de confort gracias a las suspensiones bien calibradas para suavizar el camino y, a la vez, son lo suficientemente rígidas para un manejo dinámico. A esto también hay que incluir la transmisión Lineartronic CVT que mantienen la marcha ligera, suave y sensible, además de aprovechar de mejor manera el torque del motor.
Seguridad ante todo. Los autos de Subaru siempre han destacado en las pruebas de choque gracias a los sistemas de seguridad con los que son equipados. Este Outback no es la excepción: desde el nivel estructural hasta el control del auto siempre se siente confiable.
Evolución. En cuanto al diseño interior y exterior, tiene que evolucionar de una manera más drástica en sus actualizaciones. Desde hace un par de años su diseño no ha cambiado prácticamente en nada, lo que incluso ya parece quedarse ligeramente rezagado, a pesar de que sigue gustando su toque aventurero.
En cuanto al interior, se nota de buena calidad; hay un buen equilibrio entre el uso de plásticos duros y materiales suaves que hacen juego con un diseño elegante.
En cuanto a equipamiento, tiene una pantalla táctil de siete pulgadas con un sistema de infoentretenimiento con una interfaz fácil de utilizar, además de un equipo de sonido de 10 bocinas firmado por harman/kardon: elementos que le dan la vanguardia necesaria para mantenerse vigente. Sin embargo, hay algunos detalles que dejan mucho que desear, como el uso de una llave de accionamiento cuando casi todo el segmento utiliza llaves inteligentes.