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Los millonarios son excéntricos… sí. Tal es su cantidad de fortuna que pueden darse el lujo de hacer lo que quieran, como por ejemplo Valentino Rossi, que dentro de su rancho en Tavuilla, Italia, construyó una pista de tierra privada a medio camino entre el motocross y el dirt-track, con múltiples trazados que sirve, entre otras cosas, para que él mismo pueda entrenar durante su tiempo libre y convertirse en escuela para los estudiantes de su propia Academia Riders VR46.
A lo largo de los años, Rossi ha invitado a muchos de sus amigos y compañeros de profesión a su pista privada, entre los que destacan Marc Márquez, Cal Crutchlow, Guy Martin y numerosos pilotos de Moto2 y Moto3, y casi siempre haciéndolo público para los medios de comunicación.
Valentino y Yamaha
La VR46 Riders Academy dio un paso más hacia su profesionalización, firmando un acuerdo de colaboración por tres años con Yamaha Motor Company por el que la fábrica se convierte en socio del piloto y suministrador del material de la escuela es decir, las motocicletas que recorrerán la pista serán todas d ella marca japonesa. Los 11 pilotos que integran la Academy dispondrán de 26 Yamaha R-Series y YZ Series, modelos para asfalto y tierra, respectivamente, para entrenarse en el Ranch y en el circuito de Misano, con el que Rossi cerró un acuerdo el año pasado para que la Academy pudiera usarlo como pista de entrenamientos privados.
La gente de Yamaha dice en un comunicado: “seguirá el rendimiento y evolución de los pilotos de la Academy desde sus primeros años, les apoyará, contribuirá a su proceso educativo, les dará conocimientos de relaciones públicas, promoción... en tanto que espera que estos jóvenes pilotos de hoy acaben siendo los pilotos de fábrica del futuro”.
Estos 11 pilotos de la Academy no pagan por su formación, que implica trabajo físico en el gimnasio, con la moto en el Ranch y en Misano, controles médicos y de alimentación durante todo el año. El retorno de esta inversión radica en que si alguno de estos pilotos firma un contrato importante con un equipo en MotoGP, deberán entregar a la VR46 Academy parte de lo invertido. El contrato estipula que esa cantidad de dinero se utilizará exclusivamente por la Riders Academy para reinvertirlo en los nuevos talentos que se entrenen en la escuela. Un negocio redondo.