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Si eres fan de los autos deportivos, seguro sabes lo emocionantes que son tanto en la ciudad como en una carretera y una pista de carreras. Esos que tienen una dirección casi quirúrgica, suspensiones tan rígidas que cuando la llanta pisa una hormiga hasta sabes de qué color es, una estabilidad y control como si fuera parte de tu anatomía y por su puesto, un empuje que al salir de los semáforos siempre terminas al fondo del asiento.
Los pocos modelos que pueden presumir esos atributos, por mencionar algunos, son los BMW M, Mercedes-AMG, Cadillac V Series, Corvette u otros “más terrenales”, como los GTI o el Focus RS; el Renault Clio RS y por supuesto, el León CUPRA. Todos tienen algo en común; son autos que fueron desarrollados por los equipos de Motorsport de las respectivas marcas y como laboratorio, utilizaron las pistas de carreras o tramos de rallies.
En ese sentido, entre los modelos consentidos y soñados por los amantes de la velocidad, están los que cargan el sello CUPRA, ese que naciera en 1996 con el Ibiza Kit Car y adoptara al León en el 2000, cuando montó un propulsor de 2.8 litros V6 que mandaba 204 hp a las cuatro ruedas, lo que le permitía hacer el 0 a 100 km/h en 7.3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 235 km/h.
Un presente más emocionante. Hoy ese concepto sigue evolucionando y nos presenta en el León CUPRA SC 2016, uno de los autos que mejor transmite la emoción y adrenalina de un vehículo de competencia a través de su desempeño y agilidad en calles, avenidas, carreteras y por supuesto las pistas. Jaime Puig, director de SEAT Sport, lo define como “un auto que te permite alcanzar tus sueños”. Una frase que después de una semana con él, para esta prueba de manejo, la comprendo totalmente.
Es un coche que te deja “mal viajar” y hacerte sentir lo más cercano a lo que se vive en una jaula de protección, amarrado con cinturones de seguridad de cinco puntos a un asiento de cubo; listo para presionar el acelerador a fondo a la primera oportunidad. Todo esto cuando seleccionas, desde la pantalla táctil en el la consola central, la conducción CUPRA (también dispone del modo Confort, Sport e Individual), el cual endurece la dirección asistida Servotronic y la suspensión; independiente tipo McPherson con amortiguadores hidráulicos adelante y la trasera de eje multilink con muelles helicoidales. Además, aumenta las revoluciones del motor y ajusta la respuesta de la caja DSG (que también tiene un modo sport), para tener un empuje que nos deja hacer el 0 a 100 en 5.8 segundos (siete milésimas menos que su primo, el Golf GTI) y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.
Es un auto para divertirse y disfrutar, pues a pesar de sus características deportivas, también es un modelo para uso diario y por lo mismo, es de los más seguros en el mercado, presumiendo cinco estrellas de Latin NCAP y Euro NCAP, gracias a que está armado con sistemas de seguridad y asistencias en el manejo para proteger a sus ocupantes en un choque.
Los materiales interiores son de alta calidad y el toque deportivo está desde los asientos de cubo tapizados en alcántara. Por fuera no se tiene algo de importacia que lo separe del resto de la gama; es como un piloto sin su Nomex.