Más Información
”Great balls of fire”, de Jerry Lee Lewis abre la pista. Chicos y chicas sacan sus mejores pasos, el ambiente se enciende... así comienza una gran velada al interior de Be Bops Diner, donde la esencia del lugar es vivir la atmósfera de los 50.
Mientras se baila rockabilly, algunos prefieren seguir el ritmo sobre uno de los tres Cadillac que forman parte de la decoración, degustando la especialidad de la casa: la hamburguesa Elvis acompañada de un par de malteadas; tradicionales por el toque de su receta especial, que es secreta.
Uriel Sánchez, de Relaciones Públicas, comenta que estos autos son completamente auténticos y datan de 1956. Uno rojo, otro azul y uno más color pistache, conservan sus motores y piezas originales. Ahora funcionan como mesas para los comensales; todo un éxito del lugar.
“Llegan familias enteras que desean consumir sus alimentos en alguno de los Cadillacs, así que les sugerimos hacer reservación porque tienen mucha demanda. Son los favoritos, hasta para tomarse la foto del recuerdo. Siempre hay alguien que te dice que les recuerda películas como Pulp Fiction”, añade.
Una rodada de época. Aquellos que sacaron brillo a la pista, toman aire para dar paso al espectáculo de la noche: bandas en vivo dan muestra de su genialidad al interpretar su discografía, aunque no puede faltar uno que otro clásico para recordar a Chuck Berry, Jonny Cash y por supuesto, al “Rey del rock and roll”.
“Cada viernes y sábado las bandas se presentan para interpretar o hacer tributo de aquellos grandes artistas que sonaron en la década de los 50. Por supuesto, también pueden escuchar a las nuevas agrupaciones como Eddie y los Grasosos o los jovencitos de La Muerte Chiquita”.
Pero no es el único atractivo de Be Bops, porque no falta domingo que se deje de escuchar y bailar swing, uno de los géneros que se popularizó durante los años 30 en Estados Unidos. Para dar rienda suelta al esqueleto, un grupo de chicos muestran los pasos básicos, con la intención de que el público no se quede solo mirando.
Los cuadros que también forman parte de la decoración, se trajeron del país vecino. Así que seguro se podrá encontrar la réplica de la foto “Day in Time´s Square”, de Alfred Eisenstaedt, que muestra el famoso beso que dio el marino a una enfermera, después de la victoria de la Segunda Guerra Mundial.
Para seguir con el tema de los clásicos, qué tal una Coca Cola Cherry o Dr. Pepper, si se desea quitar la sed después del baile. El flotante es otra de las bebidas del menú, deliciosa al combinar soda de cola con una bola de nieve de limón, aunque la cerveza nunca falta.
Sin duda, un recinto familiar en Medellín 188, Colonia Roma, que se puede visitar de martes a domingo, a partir de las 13 hasta las 22 horas. Solo los viernes y sábados cierran hasta las 2 de la mañana. Todos los martes y jueves imparten clases de baile de 19 a 21 horas. Los sábados y domingos inician de 14 a 16 horas, con un costo de 50 pesos para rock and roll y 80 pesos, si se desea aprender swing.
Be Bops Diner