La ola de vehículos autónomos no cesa. Los fabricantes de todas las compañías buscan dar un nuevo golpe de autoridad para lograr la diversificación del futuro, comenzando con la no necesidad de un conductor para que los vehículos puedan operar con seguridad. Sin embargo, los avances que se han generado hasta hoy en la conducción automatizada, no se han quedado solo en los autos sino que ya se han extendido a los autobuses de transporte público para dar una nueva opción de movilidad colectiva.
En esta búsqueda, diversas compañías han desarrollado unidades de transporte de pasajeros que además permiten ofrecer un servicio de calidad y al mismo tiempo ser amigables con el medio ambiente.
Uno de los casos más sonados en los últimos meses es el del pequeño bus llamado OLLI, desarrollado en conjunto la firma IBM y Local Motors. Este autobús, que fue presentado en la ciudad de Washington en el mes de mayo pasado, tiene la capacidad de transportar a 12 personas y cuenta con el Sistema ‘Watson’ de IBM, mismo que recolecta información de su entorno; además de ser capaz de responder las preguntas de los ocupantes a cerca del tráfico y el clima. A esto se le agrega la capacidad de adaptación de las rutas de los pasajeros.
OLLI ya circula en un lujoso hotel de Washington pero los planes de la compañía incluyen que en breve también ruede en ciudades como Canberra, en Australia; Berlín, en Alemania; o en Copenhague, Dinamarca.
Otro ejemplo de esta evolución está en Europa con Mercedes- Benz, que presentó su Future Bus en la ciudad de Amsterdam. Esta unidad circula por sí misma en un ambiente urbano con una velocidad de hasta 70 km por hora. Cuenta con un sistema llamado CityPilot, que se vale de una docena de cámaras y un sistema GPS.
Además, el vehículo está conectado a las infraestructuras por medio de WIFI y es capaz de conocer el estado de los semáforos, y aprovecharse de saber cuándo se pondrán en rojo o si estarán en color verde a su paso.
El sistema permite un viaje cómodo para los pasajeros, supone un ahorro de combustible y por tanto, menos emisiones nocivas al ambiente; incluso un menor desgaste en los componentes como pastillas de frenos, entre otros.
China no se queda atrás y no solo está pensando en los autobuses autónomos, sino que también busca una solución al sistema vial debido al tráfico que se genera día con día en la ciudad de Beiging.
En respuesta al problema nació el proyecto Transit Elevetad Bus (TEB), que trata de un autobús como sacado de una película de ciencia ficción, pues se eleva a más de dos metros de altura para avanzar por encima de dos carriles llenos de automóviles.
El prototipo fue presentado en la decimonovena exposición internacional de Alta Tecnología de Beiging, en Mayo pasado, y recientemente se realizaron las primeras pruebas en un ambiente regular de tráfico abierto.
El autobús fue probado en una vía controlada de 300 metros de longitud en la provincia de Hebei, transportando hasta mil 400 pasajeros y reemplazando a 40 camiones.