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El famoso historiador fotográfico Gustavo Casasola, quien fuera reportero gráfico de El Universal, aseguró que en 1906 se registraba un parque vehicular de aproximadamente 400 automóviles. Dicha estadística motivó al entonces presidente Don Porfirio Díaz, a crear el primer Reglamento de Tránsito del país.
La norma tenía permitido alcanzar una velocidad de 10 km/h en avenidas poco transitadas o calles angostas. En las arterias con mayor afluencia y tamaño se podía correr a un máximo de 40 km/h.
Díaz no perdió la oportunidad de establecer un impuesto a todo aquel que fuera propietario de un coche. La interrogante en el aire es saber si también cumplía con su pago oportuno, al ser poseedor de un Packard que trajo desde Francia, posicionándolo como el primer mandatario de México en poseer un automóvil.
Afortunadamente para los contribuyentes, el tributo llegó a su fin en 1911, cuando el gobierno de este personaje fue derrocado por Francisco I. Madero, quien tampoco se quedó sin el lujo de andar en automóvil, al preferir un Thomas Flyer. Aun así, el automóvil tuvo poco protagonismo durante la Revolución Mexicana.
Sin embargo, a nivel mundial se convertiría en todo un fenómeno por el visionario Henry Ford, con su clásico Modelo T, un auto de bajo costo. Durante la segunda década del Siglo XX su compañía se esmeró en atraer a los clientes de recursos medios, entre ellos, los granjeros y obreros.
Una vez que estalló la Primera Guerra Mundial, sus fábricas se encargaron de donar varias unidades del mencionado modelo, que sirvieron de ambulancias del ejército y la cruz roja norteamericana.
Pero la fama del novedoso T no fue ajena al público mexicano. En 1917 circulaban con mayor presencia entre las calles de la capital, incluso, los anuncios publicitarios de aquella época mostraban los ómnibus y los camiones Ford, como los primeros vehículos para transportar pasajeros y carga, respectivamente.
Con el triunfo de la Revolución, el camino quedó libre para los autos provenientes de Estados Unidos y de Europa. Entre el tránsito se podían apreciar unidades como Hudson Super Six, Chalmers y Moon. De esta forma el automóvil comenzó a popularizarse en la nación azteca.
Para 1919 el creador de la Ford Motor Company heredó el mando a su hijo Edsel, posicionando a la familia del magnate como la única propietaria de la empresa. Una estrategia que continúa hoy en día.
Datos:
*Por primera vez se emplean los frenos en las cuatro ruedas, por firmas como la escocesa Argyll; la italiana Isotta-Fraschini y la inglesa Crossley. Todo esto en 1910.
*El Modelo T protagonizó “El automóvil gris” (1919), de Enrique Rosas. La película es una de las más importantes del cine silente de nuestro país.