Imagínate la Ciudad de México con un transporte público e individual que brinde el servicio totalmente a través de  las aplicaciones móviles. Pues eso es un escenario cada vez más real en esta era digital, donde las apps ganan mayor terreno al permitir a los usuarios tener acceso a una movilidad controlada para ser eficiente, menos contaminante y sobre todo, mucho más  segura.  Así nos lo plantea Ricardo Weder, CEO de Cabify América Latina.

“Muchas veces no dimensionamos el gran impacto que tiene la movilidad de nuestras vidas pero en definitiva, es una de las principales variables en la calidad de vida de cualquier ciudad. Hoy en día vemos que cada vez tiene menos sentido tener un auto propio porque las tecnologías están dando más alternativas de movilidad más eficientes, seguras y con precios muy competitivos”.

Es así como aplicaciones que ofrecen servicios de traslado, se perfilan como una solución para hacer frente a los múltiples problemas de movilidad de una urbe en la que transitan diariamente cinco millones de autos y ocupa el segundo lugar en congestionamiento vehicular, solo detrás de Estambul, según datos de la compañía de navegación y mapeo TomTom.

“Algo importante que estamos detectando en Cabify es que este pensamiento está muy alineado con la filosofía de consumo de los millennials. Anteriormente se pensaba en la acumulación de bienes y ahora lo que buscan es tener experiencias, y están dispuestos a compartirlo, que al final son los fundamentos de la economía colaborativa. Antes, los autos eran símbolo de estatus y ahora la gente se ha dado cuenta de que esas cosas son efímeras, y que a través de la tecnología se pueden tener nuevas alternativas de movilidad y con diferentes categorías que permitan a los diferentes segmentos, contar con opciones que vayan de acuerdo a lo que ellos necesitan”.

De acuerdo a Ricardo, un transporte público mucho más eficiente o el uso de unidades de traslado individual son una solución viable. Según sus datos, por cada Cabify se retiran 16 autos diariso de las vías de la ciudad, esto también se suma a los resultados arrojados por el Reporte Nacional de Movilidad Urbana en México 2014-2015, el cual dice que para trasladar a 35 personas se requieren 30 autos (una tasa de ocupación promedio de 1.2 personas por unidad), mismos que utilizan una superficie de rodamiento de 500 m2 en comparación contra los 30m2 que requiere un autobús urbano para trasladar el mismo número de individuos.

Con relación a los problemas de los taxistas tradicionales, Ricardo indica que es donde se debe cuidar el tema de los monopolios y tener en cuenta que para empresas como Cabify, el principal competidor es el auto particular y no las demás compañías, además de que es una fuente de empleo porque se genera una actividad económica donde todo está regulado. “En nuestro caso, en los países donde operamos, pagamos los impuestos correspondientes y además ofrecemos una alternativa para los conductores que buscan convertirse en micro empresarios. Nosotros los vemos como socios donde ellos ganan 80% de lo generado”. De acuerdo a datos de la empresa, uno de sus colaboradores en promedio tiene un ingreso mensual de entre 25 mil a 35 mil pesos mensuales con una jornada laboral de 60 horas a la semana.

En cuanto al tema de la industria del transporte público, el directivo apunta a que: “Ya se están dando cuenta de que las las innovaciones como apps son el futuro y la movilidad se va transformando porque cada vez la gente está mucho más comunicada y aprovecha mejor los recursos. En definitiva, vamos a ver un número decreciente de automóviles en la próxima década circulando por las calles”.

Otro tema importante dentro de estas nuevas modalidades de transporte es la seguridad, ya que con estas apps se disminuyen considerablemente las posibilidades de ser asaltado o, en el caso de las mujeres, ser víctima de acoso sexual, ya que se estima que en el transporte público, al menos 6 de cada 10   han  afectadas.

En definitiva  se deben considerar varios factores para poder hacer del transporte seguro y las apps te lo permiten; por un lado, están los procesos de afiliación de los conductores, tenerlos bien identificados y hacerles los exámenes psicológicos y psicométricos, de manejo, capacitación, inspecciones mecánicas al vehículo, etcétera, que son fundamentales y para eso se debe tener un control muy estricto.

Otro es el crecimiento, pues si lo haces demasiado rápido y todo por internet te quita mucho control. Por otro lado está la retroalimentación donde también se califica a los usuarios y para ellos debemos estar en constante monitoreo, para restringir a los que afecten el proceso.  En nuestro caso, la filosofía es que no por crecer rápido vamos a descuidar el proceso y vamos a poner en riesgo la seguridad de nuestros usuarios y socios conductores”.

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