Suzuki Kizashi es, un sedán mediano con un par de años en el mercado que todavía no alcanza a enamorar al consumidor mexicano a pesar de los atributos que lo ponen en línea directa para competir con los más pintados del segmento.
Su mayor cualidad es el generoso espacio interior, la calidad de los materiales y la agilidad para moverse en espacios citadinos una vez que consigue sacarle jugo a la transmisión CVT.
En México compite con productos bien consolidados: Honda Accord, Mazda6, Toyota Camry y Nissan Altima, entre otros; quizás deba esperar la versión turbo para mostrar la otra cara de este familiar-deportivo que cuenta con las cualidades que distinguen a sus contendientes: confiable, aguantador y económico en mantenimiento.
Este ejecutivo tiene buen comportamiento y maniobrabilidad en cuanto se le exprime al motor, de cuatro cilindros de 2.4 litros, la eficiencia de los 180 caballos de potencia.
El interior es cómodo y confortable para el uso diario en ciudad, cuenta con sistema regulador de combustible que garantiza su eficiencia en cada recorrido, aunque en la práctica es sediento.
Los acabados son cálidos a la vista y al tacto, en el panel destaca la cámara de reversa y el volante tiene controles de mando, o bien se puede tener acceso al panel del estéreo touch screen.
La transmisión es CVT con cambios manuales que se controlan con unas paletas montadas atrás del volante y los hace rápidamente, por lo que resulta bastante divertido, pero nos deja con ligero sabor amargo porque sí le falta más potencia que explote su carácter deportivo.
Cuenta con rines de 19 pulgadas y el acceso al interior se hace mediante una llave de presencia, así que no es necesario sacarla de la bolsa para abrir las puertas. Simplemente hay que apretar un botón en la manija y los seguros se abren.
Suzuki Kizashi, es una buena propuesta, pero requiere mejoras como una fuente de poder más excitante para abrirse espacio en un segmento que es altamente competido.