El 1º de julio , por primera vez en la historia del país, la población mediante el voto abrumador eligió libremente a sus gobernantes en todos los niveles. La población derrotó no sólo al partido gobernante, sino sobre todo derrotó al fraude electoral, al voto corporativo y condicionado, al acarreo y a la acostumbrada compra de votos.

El movimiento de masas expresado en las votaciones pasadas puede ser comparado con el movimiento de masas que derrumbó el Muro de Berlín , como un movimiento que expresó una sola voluntad de rechazo al régimen anacrónico y a favor de un nuevo rumbo económico y político. La caída del Muro de Berlín no fue decidida por nadie, no hubo ningún decreto, ninguna discusión que la decidiera, simplemente en una conferencia de prensa con cierto manejo ambiguo del idioma la población interpretó que ya se podía salir del país. La policía no tenía órdenes de dejar pasar a nadie, pero en la noche del 9 de noviembre de 1989 , millones de personas llegaron al Muro de Berlín con la decisión de cruzarlo y nadie los pudo detener. De igual manera, en México en esta ocasión 30 millones de personas expresaron una sola voluntad de rechazo al régimen imperante en el país por casi 90 años.

La derrota del partido oficial no significó nada más una derrota electoral, personificó el derrumbe del régimen presidencialista, el cual al igual que un rey medieval, decidía por la suerte de toda la nación. Por primera vez en toda la historia del país, la voluntad de la mayor parte de la población a través del voto, rechazó la imposición del grupo enquistado en el poder y votó a favor de la vida, la seguridad y de una mejor calidad de vida en general. Todavía momentos antes de las elecciones, el Presidente con el acostumbrado abuso y descaro decretó la privatización de 300 cuencas acuíferas sin pensar en las consecuencias negativas que ello tendría en las ya muy cercanas elecciones .

El voto popular colocó un nuevo gobierno en el poder y sólo el voto popular lo puede quitar, esperando que no vuelva a imponerse la voluntad de un solo partido como pasó después de la derrota del PAN , sino que la voluntad popular se exprese libremente en los siguientes procesos electorales, haciendo que el voto funcione ya sea como premio o como castigo de los actos cometidos por el gobierno.

Se habla mucho de los márgenes de libertad que pudiera tener el nuevo gobierno para realizar algún tipo de cambio. Estos cambios ya empezaron a ocurrir, el primero fue haber arrebatado el poder al Partido Revolucionario Institucional , y a partir de ello liberar a la sociedad del corporativismo, el acarreo y la manipulación de las conciencias.

Un segundo cambio ha ocurrido ante el compromiso adquirido con los Estados Unidos de reducir el flujo de migrantes hacia ese país. Esto implica necesariamente reactivar la actividad económica seriamente deteriorada por el neoliberalismo.

Ahora el paso a seguir y el más difícil consiste en liberar a las conciencias en todos los niveles del yugo ideológico creado por el PRI en toda su historia. Si la población continua creyendo que muchas cosas implementadas por los gobiernos anteriores son necesarias o benéficas para el país, entonces bajo otra bandera pero con la misma ideología continuará gobernando el PRI, como fue el caso cuando gobernó el PAN o el PRD en ciertos estados del país.

Pero no es sólo la conciencia la que cambia a la realidad, es necesario además cambiar la realidad a fin de construir una nueva conciencia colectiva. Hasta ahora el régimen dominante impregnó y contaminó a la sociedad de un elevado sentido de irresponsabilidad colectiva y corrupción , como si estas fueran formas necesarias y esenciales para sobrevivir. Ello fue producto de la cotidiana corrupción e imposición de la voluntad de los gobernantes y de los cuerpos administrativos sobre la sociedad. La elección del nuevo presidente por dedazo del presidente en turno ya era una institución aceptada por toda la población.

Aquí no sólo hablamos del buen ejemplo que deben dar los gobernantes de honestidad y responsabilidad, hace falta además satisfacer las necesidades más elementales de vida de la población como la alimentación, la educación, la vivienda, el acceso a trabajo y el esparcimiento entre otras necesidades elementales. La sociedad debe dejar de experimentar el deterioro continuo de su nivel de vida a través del aumento de los precios; es necesario tener un trabajo estable, permanente y suficientemente remunerado.

Aquí no hablamos de que el Estado debe de dar y la sociedad recibir, nada de eso, el Estado debe encausar la fuerza de toda la sociedad, empresarios, trabajadores, intelectuales, campesinos, indígenas, de todos los miembros de la sociedad en un proyecto único de nación que incluya a la totalidad de la población tanto en la generación de riqueza, como receptora de los frutos del progreso económico y tecnológico. Actualmente gran parte de la población es excluida del empleo y no tiene acceso al crecimiento económico. Pequeñas empresas no pueden salir del sector informal, intelectuales y científicos no pueden aplicar sus conocimientos, trabajadores son expulsados del mercado laboral, todo este desperdicio de talentos debe ser encauzado en el proyecto de una nueva nación incluyente y no empobrecida como el que hasta ahora hemos tenido.

El país no puede iniciar un nuevo rumbo económico y político si antes no tenemos claro el camino por el cual pretendemos transitar. Si vamos a mantener la vieja creencia medieval de que la única manera para aumentar la riqueza y prosperidad del país es a través de empobrecer, engañar y estafar a la gran mayoría, entonces de nada servirá elegir nuevos gobiernos, nos quedaremos en la miseria y en la pobreza con una perpetua usurpación del poder ; pero sí en cambio, logramos incorporar a la mayor parte de la población como trabajadora y a la vez como consumidora con eso lograremos iniciar un nuevo rumbo económico y habremos de derrotar a la pobreza.

Si la miseria de los trabajadores fuera la clave para hacer crecer la riqueza de un país, todavía tendríamos al imperio romano, al egipcio o cualquier otro basado en la desigual distribución de la riqueza, pero precisamente esos imperios se cayeron por basar su fortuna en la miseria de la población; en cambio, en los países donde se pagan mejores salarios, la estabilidad, la seguridad y el desarrollo económico en general son mucho mayores, acudamos a las enseñanzas de la historia.


Profesor Titular, Departamento de Producción Económica Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco

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