El tema establecido por ONU Mujeres para el Día Internacional de la Mujer 2019 es “Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”.
El enfoque es pensar en formas innovadoras para impulsar la equidad de género y el empoderamiento de la mujer, en especial en las áreas relacionadas con protección social, acceso a servicios públicos e infraestructura sostenible.
Yo estoy de acuerdo en este enfoque. Sin embargo, la relación entre innovación y equidad de género es bidireccional.
Las mujeres son una parte fundamental en el proceso de generar conocimiento. El poder creativo de la diversidad es una fuente de innovación. No es que dos cabezas piensen mejor que una, pero dos visiones se complementan para ampliar la perspectiva a la hora de tomar decisiones y encontrar mejores soluciones a los problemas.
La innovación está asociada al progreso y eleva los niveles de competitividad. En México, las cifras relacionadas con innovación no son alentadoras. Entre los países de la OCDE, figura dentro de los más bajos en su capacidad para innovar y desarrollar tecnología.
Los principales retos de México para impulsar el desarrollo científico y tecnológico son: aumentar la inversión en innovación tanto en el sector público como privado; impulsar a las pequeñas y medianas empresas; promover la cooperación entre actores involucrados en el sector; invertir en habilidades de capital humano y contar con un Estado de Derecho fuerte.
A estos factores también agregaría fomentar la participación y el fortalecimiento de capacidades de las mujeres en las áreas de ciencia y tecnología.
De acuerdo con una investigación realizada por la consultora Mckinsey, la presencia femenina en empresas tecnológicas es muy baja; aproximadamente sólo 17% de los profesionales de este campo son mujeres.
Desaprovechar las ventajas de la diversidad; así como el talento de las mujeres desincentiva la innovación.
La relación entre estas variables se ve afectada por otros factores, pero sí hay evidencia empírica que demuestra que la igualdad de género fomenta el crecimiento económico, el desarrollo sostenible y la competitividad.
Por lo tanto, resulta fundamental eliminar las barreras y los obstáculos que enfrentan las mujeres y niñas en el área de innovación, ciencia, tecnología y emprendimiento.
Definitivamente la innovación crea oportunidades sin precedentes, logra beneficios para la sociedad y genera cambios significativos. Se necesitan ideas transformadoras para tratar con problemas arcaicos y nuevos que afectan de manera negativa el entorno global.
Para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible se necesitan acciones innovadoras y enfoques integrales, pero también la incorporación de una perspectiva de género.
Es por eso que, sin entrar en una discusión del “huevo y la gallina”, debemos pensar en la relación entre mujeres e innovación como una simbiosis. Las mujeres son una fuente de innovación y, a su vez, la innovación es una herramienta para impulsar la equidad de género.