El 1 de julio de 2018 pasará sí o sí a los anales de la historia de México como un día clave. Una vuelta de tuerca que rompió con la inercia institucional de la vida política, democrática, social y económica del país. Independientemente de cuáles sean los resultados del gobierno en turno. Si logre o no consolidarse como un proyecto metaconstitucional y transexenal, como muchos presidentes lo soñaron, pero hasta el momento nadie ha logrado.

Un año después nos encontramos con la celebración del presidente. El discurso de la noche de aquel 1 de julio, hace sentir que aún no llega el día después de mañana. Pareciera que nos encontramos en un adendum de la campaña política presidencial atravesado por la narrativa de ese triunfo.

El santoral cívico mexicano marcaba al 1 de septiembre como el día del presidente, la fecha en que el titular del Ejecutivo se presentaba ante el Congreso de la Unión, para abrir el periodo ordinario de sesiones del año constitucional, y para informar del estado de la administración pública. Pero además era su celebración. El día en que recibía todas las atenciones, todas las loas, todos los agradecimientos por ser el (nuevo) salvador de México. Pero también este santoral se ha movido. Dos meses antes, Andrés Manuel López Obrador @lopezobrador_ decidió dar un “informe” adornado por un nuevo #AMLOFest que contó con la participación de algunos artistas.

La euforia por esta larga noche del triunfo del 2018 hizo caer de nueva cuenta en la tentación de los excesos a los encargados del protocolo y de la política interna del gobierno. Se anunció que el “informe” sería transmitido en cadena nacional, como en los mejores tiempos del PRI, como en los buenos tiempos de los gobiernos totalitarios.

Las redes, siempre prestas a la urticaria, reaccionaron ante esta intentona. El 31% se burlaron del presidente y le criticaron que haya preferido un acto proselitista a un evento de gobierno internacional como su asistencia a la reunión del G-20; el 25% recordó que en los tiempos del PRI privaban las cadenas nacionales para festín del presidente; el 22% dijo que Obrador no sabe gobernar, sólo sabe hacer campaña; el 10% preguntaron de dónde saldría el dinero para financiar el evento y sólo el 10% dijeron que era una buena decisión, porque no todos podrían acudir.

De diciembre a junio los temas que han generado el debate en las redes sociales, en torno al quehacer del presidente de la nación han sido: la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México; la imposición de los superdelegados estatales; las medidas de austeridad; el accidente aéreo en el que perdieron la vida la gobernadora de Puebla Martha Érika Alonso Hidalgo y su esposo el senador Rafael Moreno Valle Rosas; la escasez de gasolina; la estrategia de combate contra el huachicol; la puesta en marcha de la Guardia Nacional; spots oficiales ligados a la imagen personal del mandatario y a su partido; cancelación de programas federales como el de guarderías y refugios a mujeres violentadas; millonarios apoyos al #PROBEIS; los presuntos intentos de reelección presidencial; las elecciones a gobernadores y diputados locales; la guerra por los aranceles y la posibilidad de que México sea un tercer país seguro; así como la caída en su popularidad.

Las redes sociales que más interacciones generaron en torno a estos temas son: Twitter con el 34%, Facebook con el 21%. Por su parte YouTube registró el 25%, Instagram por su parte sumó un 14% del total de la interacción y por último el 6% se detectó en el área de comentarios de diversos portales web. Por lo que respecta a la conversación Facebook fue la red que más posts generó alcanzando un 44%, Twitter por su parte registró un 27%. Otros, como los comentarios de los diversos portales web aportaron un 11%, Instagram y YouTube abonaron un 8 y un 10% respectivamente.

Ahora bien, con relación al #AMLOFest, en un corte de datos realizado a las 16:00 horas de este lunes, se tenía que el tema mantuvo un impacto alto, con un alcance de 47 millones contra 887 mil interacciones. La tendencia en la conversación la dominó con un 25% el sentimiento de que no hay nada que celebrar porque las cifras de violencia y desempleo están en sus peores momentos; el 21% opina que el dinero gastado en el evento debió destinarse a programas que han sido cancelados; el 16% dijo que todo lo malo que dicen en contra del presidente es parte de una guerra sucia orquestada en su contra por la mafia del poder; el 14% lo felicitaron por el primer aniversario de su victoria electoral y considera que se está haciendo historia; el 13% de la audiencia insiste en el tema de que no sabe gobernar, sólo sabe hacer actos políticos y el 11% le mostró su apoyo y dijo que va por buen camino.

El presidente tuvo su día, su escenario, su gente, sus reflectores. Pero los medios sociales digitales tienen sus propios datos. En ellos se va escribiendo día a día una narrativa, que no siempre le da la razón.

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