Leonardo Curzio es un científico social respetado por su cultura, rigor y profesionalismo; desde hace años ejerce un periodismo muy apartado de la descalificación o el halago por consigna. Pero, además, es un hombre honesto de gran calidad humana.
Por su parte, Ricardo Raphael es un analista culto y agudo, ágil polemista que pone los puntos sobre las íes. Además de su rigor e inteligencia, María Amparo Casar —en mi opinión, la mejor politóloga mexicana— tiene un compromiso con las mejores causas que la ha llevado a transitar de la academia a la acción ciudadana.
Durante casi dos décadas, la edición matutina de Enfoque Noticias, bajo la conducción de Curzio, fue un espacio de libertad sin compromisos censurables, abierto a todas las voces, rara avis en el México de hace dieciocho años, cuando Leonardo asumió la conducción del programa.
Sé algo de esto, porque por más de una década tuve el privilegio de participar en la Mesa Política que conducía José Gutiérrez Vivó en Monitor y en la que destacaba la participación de Jaime González Graf. En el último tramo y a la muerte de Jaime, la Mesa se enriqueció con la lucidez de Lorenzo Meyer, Denise Dresser, Sabino Bastidas e Isidro H. Cisneros.
En La Mesa debatíamos cada semana sobre temas que en aquellos años parecían intocables: el presidente de la República, el alto clero o las Fuerzas Armadas. Nunca hubo un asomo de censura de parte de Gutiérrez Vivó ni del propietario de la empresa, Clemente Serna Alvear, quien siempre resistió, sin alardes, pero con firmeza, los embates de los altos funcionarios gubernamentales.
En mi caso, la única vez que recibí una “admonición” provino de la Secretaría de Gobernación, eran los días en que gobernaba El bato con botas, y la advertencia se debió al atrevimiento de incluir en mi tipología del voto (el voto duro, el voto de castigo, el voto en defensa propia, el voto útil, etcétera) una categoría más: el voto “chingue a su madre”, aporte del maestro Gabriel Díaz Rivera, a quien tuve el privilegio de conocer, junto con María Amparo Casar, en los ya lejanos años del CIDE. Por cierto, el voto “chingue a su madre” o, para decirlo con palabras recatadas, el voto “que sea lo que Dios quiera”, puede llegar a ser determinante como el que llevó a Fox a la Presidencia y a un sujeto apodado El Bronco a la gubernatura de Nuevo León.
Como la Mesa Política de Monitor, La Tertulia era un ejercicio de inteligencia y solidez sobre la realidad política de México, enriquecida por la sólida armadura teórica de Curzio, Raphael y Casar y desde una perspectiva ajena a sectarismos. Su cancelación, como antes la salida de Carmen Aristegui de MVS, porta un mensaje intimidatorio para quienes ejercemos un periodismo incómodo al poder, lo mismo al poder político que al económico o mediático.
El dueño de la estación y del grupo, Edilberto Huesca, empresario de muchos años, debió sopesar los impactos de su decisión no sólo en su imagen personal y en la de su empresa (NRM Comunicaciones), sino también en la audiencia, en los anunciantes y en sus finanzas y, sin embargo, lo hizo. ¿Qué estuvo del otro lado de la balanza? ¿El retiro de jugosas pautas de publicidad gubernamental, quizás? o ¿la próxima renovación de alguna de sus concesiones radiofónicas?
Los modestos avances en nuestra defectuosa democracia han sufrido en años recientes los embates de quienes, desde el poder, se niegan a “sufrir” el escrutinio público, de allí su resistencia a concretar el Sistema Nacional Anticorrupción. Los intentos de capturar a los organismos autónomos forman parte de esta misma lógica restauradora.
A diferencia de hace 20 años, hoy se han multiplicado los espacios en los que periodistas y analistas ejercen un periodismo crítico, incómodo al poder. Sin embargo, son escasos los organismos que hacen investigaciones sólidas sobre los turbios manejos en los gobiernos. Quizás por eso, la decisión de suprimir La Tertulia pudo ser no sólo una manera de sacar del aire un espacio incómodo sino, también, una manera de castigar a la doctora Casar por los hallazgos de la institución que dirige, Mexicanos unidos contra la corrupción y la impunidad, el más reciente: La estafa maestra. Además de un castigo, es un mensaje intimidatorio para todos los que no ejercemos un periodismo rastrero. Los designios del Señor son insondables. ¿Quién sigue?
Presidente de Grupo Consultor
Interdisciplinario. @alfonsozarate