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Se ríen de Ricardo Anaya tras las paredes de Los Pinos. Se mofan de la forma en que quirúrgicamente lograron deteriorar su imagen, poco a poco, mes a mes, usando los errores que al parecer él mismo cometió en los últimos años, sin "ayuda" de nadie; me cuentan no fue necesario inventarle mucho, su misma historia y varios "amigos" a su lado, "soplones", en pocas palabras, lo pusieron en "bandeja de plata".
La estrategia para desgastar la imagen del dirigente blanquiazul hacia su aspiración presidencial no pudo, de verdad, ser más precisa, exacta, perfecta, y por ende, espléndidamente maquiavélica. Tan milimétrica como la ejecución del mejor francotirador a sueldo.
Y no se trata simplemente de una apreciación personal, la de un columnista, o tantos más, fue tan efectivo el golpeteo en su contra que hoy, en este momento, a poco más de 90 días para que el Frente se convierta en coalición de partidos, Anaya, en las encuestas más relevantes, como la de El Universal, se desplomó, se fue abajo de Margarita Zavala y Miguel Ángel Mancera, en ese orden.
Ricardo Anaya se defiende con uñas y dientes en cuanto foro puede. Aprovecha cada entrevista en medios para repetir que la campaña en su contra continuará, que "no se dejen engañar"; usa sus redes sociales y advierte; hace de todo, aún así, se antoja muy complicado recupere la vertical.
Cierto es que nadie puede impedirle a Anaya tomar la candidatura del Frente y ser el abanderado, nadie, de verdad, "el Frente lo creó para él, para nadie más". Sin embargo, en su condición actual, pondría en serio riesgo sus posibilidades de competir por la Presidencia. El de Querétaro, si se encapricha en continuar el ejemplo de Roberto Madrazo, podría ceder al PRI su posición de cercanía en las encuestas con Morena, así de sencillo.
Tan vertiginosa ha sido la debacle de Anaya, en términos de imagen y credibilidad en la opinión pública, que Margarita Zavala, habiendo dejado las filas del PAN y ya "por la vía libre", podría ser la mejor apuesta del Frente hacia Los Pinos. Hay un abultado sector que piensa seriamente invitarla a encabezar la coalición, aunque se observa complicado.
Si el Frente conformado por PAN, PRD y MC desea competirle a AMLO y al PRI, de acuerdo a los ejercicios estadísticos más recientes, tendría que postular a Zavala, de no ser así, se perfilaría un panorama cuesta arriba, al menos en el papel. Cierto es que falta mucho, las tendencias suelen cambiar, y el atribulado líder blanquiazul podría tomar fuerza de manera inesperada.
Mientras tanto, me informan que aunque tendría hasta diciembre para definir a su candidato, el Presidente Peña tomará la decisión en noviembre, y a partir de ahí, habrá señales claras, aunque no literales. De todas formas, este viernes el PRI avanzará las formalidades y definirá cómo seleccionar a su abanderado, el cual se mueve entre Miguel Osorio y José Meade, al momento. La militancia se inclina por el de Gobernación, especulan que el hombre de Los Pinos hacia el de Hacienda. La verdad es que están muy parejos, así de fácil.