“Si no estuviera todavía sirviendo en el Gobierno Federal, me atrevería a decirte, sin temor a equivocarme, que los jueces parecen estimar a Javier Duarte y a todos aquellos que fueron sus colaboradores. Quitando los temas de lesa humanidad, (que involucran desapariciones forzadas), nos queda claro que les perdonarán todo”.
En sus últimos días como integrante de la PGR, este personaje que usualmente emplea traje negro, aficionado al café veracruzano, me ha brindado en varias ocasiones información certera sobre los temas que rodean a Javier Duarte. Me compartió, incluso, sus frustraciones con el “ya no tan nuevo” sistema de justicia mexicano.
“La gente no lo entenderá, Alejandro, y quizá mi PGR podría pasar a la historia como incompetente, pero te afirmo lo siguiente, escríbelo bien: de no ser por nuestra pericia para sortear las ventajas que la nueva justicia da a los presuntos culpables, Javier Duarte ahorita podría estar en Londres o cualquier otro sitio. Se hizo lo posible por mantenerlo unos años más en prisión”.
“Nos dicen de todo, pero te aseguro que los que saben de leyes, y del nuevo sistema de justicia mexicano, podrán certificar que en el caso de Duarte no se podía hacer más por sumarle años en la cárcel. De hecho, logramos que el ex gobernador se declarara culpable, y así pasará a la historia, como culpable, aunque digan que lo hicieron por estrategia”.
El hombre del traje negro, quien ya sacó de su oficina todas las fotografías familiares y objetos personales, no dejaba de recargarse en su silla como si con ello descargara parte de su furia por el tema “Javier Duarte”.
“Para nosotros Duarte es tremendamente culpable de todo, de delincuencia organizada y lavado de dinero, pero no podíamos acreditarlo porque los jueces nos iban a rechazar todo; nuestras pruebas no les parecían suficientemente fuertes, y te aseguro, que en otro momento de la historia mexicana, antes del nuevo sistema de justicia, las cosas habrían sido distintas”.
“Te adelanto lo siguiente: a mi juicio, ningún ex colaborador de Duarte sospechoso de desviar recursos irá a la cárcel. Ninguno. Ya la libraron. No sólo por el sistema de justicia, sino porque el nuevo gobierno no irá por ellos. Su suerte fue que se nos terminaron los seis años, se nos acabó el tiempo”, y al decir esto último, dio un largo sorbo a su taza con café.
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