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¿Qué queda de la figura que analizó Octavio Paz en su texto El Ogro Filantrópico de hace 40 años? El sábado pasado por la noche el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, leyó un comunicado a la prensa en presencia del gobernador Javier Corral, en el cual anunció que las demandas de la Caravana por la Dignidad, se cumplirían. Se pedirá la detención de César Duarte con fines de extradición por todas las órdenes de aprehensión; se depositará al gobierno de Chihuahua los 900 millones acordados y se llevará a Alejandro Gutiérrez a un penal federal en Ciudad Juárez. Es una victoria del gobernador chihuahuense. Algunos se preguntarán: ¿dónde está la maña? ¿Cuál es el truco? ¿Por qué el gobierno federal cede de pronto ante unos adversarios que lo retaron a lo largo de miles de kilómetros? ¿Qué significa este pacto que se hizo horas antes de que la Caravana entrara en la Ciudad de México?
Una vez que se recurre al público y se convoca a la ciudadanía a participar en un movimiento por una causa legítima, el escenario de la negociación convierte a la política en un asunto público de atención mediática. Es raro que una autoridad estatal tenga que salir a la calle a exigir recursos a la Federación, por lo general se hacen acuerdos burocráticos en oficinas gubernamentales. Pero es más raro que el gobierno federal acepte una negociación en la que otorga toda la ganancia a su adversario. Eso fue lo que sucedió en este caso.
El momento es muy importante para entender qué pasó. Cuando estamos en periodo electoral, se abre un tiempo que va del final de un gobierno al inicio de otro. En este año dominará lo electoral y el gobierno que termina entra en una etapa de debilidad. En la Presidencia de Peña Nieto hay dos factores que acompañan esta transición, se trata de un presidente con una altísima reprobación ciudadana y, además, su candidato a la Presidencia se encuentra en un tercer lugar en las preferencias electorales, es decir, con pocas probabilidades de ganar los comicios del próximo 1 de julio.
La batalla por Chihuahua enfrentó la cara dura del régimen, del ogro; la descalificación, el litigio, el coro mediático y la expectativa de una lucha larga y desgastante para el gobierno estatal y para la administración de Peña Nieto. Ahora la Federación tendrá que asumir que se equivocó en sus primeros movimientos, que la coyuntura electoral jugó en su contra y que sus márgenes de simulación eran delgados. Por su parte, Corral podrá irse a su estado con un buen acuerdo para su causa, pero tendrá que enfrentarse al grave problema de la violencia y dar resultados. Este conflicto formó parte del ajedrez nacional y del cálculo electoral. Se equivocó Meade cuando señaló a Corral por mentir y torturar; se equivocó AMLO cuando acusó a Corral de hacer es “pura faramalla”; y se equivoca Anaya si cree que puede llevar agua a su molino con el caso de Chihuahua. Sin embargo, la agenda de la sucesión presidencial quedó marcada por este movimiento.
La Caravana fue —durante su recorrido— una acción que compitió con ventaja con las precampañas. Así, mientras la causa de Chihuahua fue un motivo legítimo de lucha, los precandidatos se pasearon por el país en una suerte de ensayo con un ruidoso trasfondo de spots publicitarios, pero con poco impacto en los votantes. La respuesta a las demandas de Corral llevó al gobierno federal a hacer un control de daños para terminar con esas demandas, pasar la página y apostar a que el remolino de acontecimientos deje en el olvido a ese movimiento. Se trata de regresar el expediente al estado y cortar sus vínculos extensivos al país. La estrategia de trasladar a Alejandro Gutiérrez a un penal federal y pedir la extradición de Duarte, tienen como objetivo que el caso deje de ser visto como un modelo nacional de operación general del PRI y se vuelva sólo un expediente local de otro ex gobernador corrupto.
Queda poco de aquel Ogro Filantrópico que tenía muchos recursos y capacidades y que sólo negociaba cuando su adversario estaba completamente vencido. Hoy la debilidad del peñismo, el estancamiento de Meade y la posible derrota del PRI en julio, propiciaron un triunfo de sus adversarios. Veremos qué sigue…
Investigador del CIESAS. @AzizNassif