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Oakland.— Stephen Curry y los Warriors descubrieron lo frágil que puede ser la búsqueda de un título, al caer en el cuarto partido de la final de la Conferencia del Oeste, ante Houston. En ese duelo disputado el lunes, Curry sufrió una aparatosa caída que estuvo a punto de darle un vuelco terrorífico al libreto de esta temporada.
Por fortuna para Golden State, la lesión no fue grave y el equipo sigue a un triunfo de avanzar a la final de la NBA. Así, esa jugada sólo fue un recordatorio para ambos equipos: esto no termina todavía.
Los Warriors tendrán otra oportunidad de liquidar a los Rockets hoy, en Oakland. De conseguirlo, avanzarán a la final por primera vez en 40 años.
Golden State, que lidera 3-1 la serie por el título del Oeste, está ansioso por resolverla ya para evitar que ocurra algo extraño.
“No queremos volver a Houston”, señaló el escolta Klay Thompson. “No va a ser fácil. Ellos están aquí por una razón. Tenemos que jugar con más intensidad y unión. Así ganaremos el partido”.
Ocho meses de trabajo se vieron en serio riesgo para los Warriors cuando Curry saltó y chocó contra Trevor Ariza, quien comenzaba a intentar un disparo a la mitad del segundo periodo del encuentro disputado el lunes. Ariza se detuvo abruptamente y Curry dio una voltereta en el aire, antes de golpearse la cabeza.
Los Rockets se convirtieron apenas en el noveno equipo en remontar un 3-1 en Playoffs y sorprendieron a los Clippers de Los Ángeles.
Sus jugadores consideran que esa experiencia los ha preparado para una misión incluso más exigente.
“Nuestra temporada se reduce a ganar un partido de visitantes”, dijo el coach Kevin McHale. AP