Cuando Tamara Vega concluyó los Juegos Olímpicos de Río 2016 —en los que terminó en el undécimo lugar—, su objetivo para incluía las aspiraciones más altas: ganar una medalla olímpica.

La pentatleta, en teoría, tenía todas las características para subir al podio: era joven (apenas tenía 21 años al concluir Río 2016), se encontraba sana y la mancuerna que había hecho con su entrenador, Sergio Escalante, había dado tan buenos resultados que alcanzó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

Tan sólo tres años después, en el otoño de 2019, Vega consideraba el retiro del alto redimiento.

“Cuando regresé de los Panamericanos (de Lima 2019) me sentía muy mal. Antes, había sufrido una fractura en el húmero (el hueso que une la parte superior del brazo con el hombro), que limitó mucho mi entrenamiento para los Panamericanos

”, cuenta Vega a EL UNIVERSAL Deportes. “ Y meses antes de la lesión, había roto relación con mi entrenador. Estaba en un mal momento por todo eso. Llegué a pensar en el retiro”.

La juarense terminó séptima en la justa continental, lo que también impidió que amarrara su plaza para Tokio 2020. Y en ese momento tampoco contaba con un entrenador, porque no había podido acordar con otro coach para que la entrenara.

“Pero justo en ese momento decidí que no podía continuar así. Le pedí a Jonathan Ortega que fuese mi entrenador de esgrima y con él pude tener los mejores resultados de mi vida en esa disicplina. Gracias a él y a mi nuevo entrenador, retomé mi nivel”, añade Vega .

Los buenos resultados comenzaron a llegar en la parte final del año pasado, a raíz de de ese cambio.

Se recupero totalmente de su lesión, mantuvo su permanencia en la selección nacional y logró una buena participación en la Copa del Mundo de Egipto, que se realizó en marzo pasado, en la que calificó a la final en la rama individual y terminó entre las mejores diez mancuernas en la modalidadi de pareja mixta.

 

 Vega

dice que el mal momento que tuvo el año pasado está superado y que ahora se siente bien mental y físicamente para conseguir su clasificación a sus terceros Juegos Olímpicos. Aunque, también ha pensado lo que pasaría si se queda fuera de la próxima magna justa.

Hay cosas que no están en mis manos, como que Tokio 2020 no se dispute. También que no consiga la plaza. Pero aunque todo eso pasara, no me quito de la mente mi objetivo: conseguir la medalla olímpica. Si no se da en Tokio 2020, entonces se dará en París 2024. En este ciclo olímpico me he vuelto muy fuerte mentalmente ”, menciona Vega.

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