Es cierto que ni Saúl Álvarez (54-1-2, 36 KO's), ni su equipo de trabajo eligieron al turco Avni Yildirim (21-2, 12 KO's) como su rival para la pelea de esta noche en el estadio Hard Rock, pero es innegable que luce como otro de esos boxeadores que alimentarán a los críticos del " . ¿La razón? Tiene dos años sin subirse al cuadrilátero.

La pandemia de Covid-19 y una sanción le han impedido tener un combate profesional desde el 23 de febrero de 2019, cuando disputó el título supermediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) -ese que el chico mexicano de la cabellera bermellón defenderá esta noche-, pero fue derrotado por el estadounidense Anthony Dirrell.

Aquella pelea fue controversial, ya que se detuvo en el décimo episodio, por un corte en su rival. Los jueces se fueron a las tarjetas y Yildirim perdió.

Desde entonces (739 días), no enfrenta una pelea... Y hoy lo hará ante el considerado por muchos expertos mejor libra por libra en la actualidad. Reto mayúsculo.

Tras esa pelea, el otomano tenía pensado pelear una o dos veces más en 2019 o, a más tardar, a principios de 2020, pero dio positivo a metilclostebol (esteroide) y DHCMT (anabólico). Arguyó que se trató de un accidente por ingerir alimentos contaminados. Se comprobó que así fue, pero fue castigado económicamente y perdió tiempo valioso.

Hoy, intentará recuperarlo, pero tiene un reto complicado... Tras dos años de no tener una pelea.

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