Dentro del país no veo otro tema más importante para el futuro de México que la creación de la nueva Fiscalía General de la República (FGR). Sin ella la impunidad seguirá dominando y prevalecerá la desigualdad frente al Estado y sus leyes.

El tema despierta pasiones y no es para menos. La única manera que tenemos los mexicanos para enfrentar, con justicia, la epidemia atroz de violencia —que tanto daño ha hecho a tantos— es lograr que la acción penal esté por encima de los intereses económicos, políticos y criminales.

En esto hay un consenso amplio reflejado ya en la reforma constitucional que prevé la desaparición de la Procuraduría General de la República (PGR) para que sea sustituida por una nueva Fiscalía.

Donde resulta evidente que no hay acuerdo es en la ruta trazada para la elaboración y aprobación de la ley reglamentaria de este órgano, así como en el nombramiento de la persona que ocuparía el cargo de primer fiscal.

Si bien la pluralidad de voces siempre es bienvenida, lamento el ánimo polarizante que está marcando este debate. Para ilustrar mi inquietud traigo a cuento la acusación que Genaro Lozano, académico y periodista, lanzó la semana pasada contra Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, en una conferencia de prensa organizada desde el Senado de la República.

Dijo el primero que las opiniones del segundo, sobre la ruta para construir la FGR, tenían como fundamento que Salazar había sido contratado por el nuevo procurador, Raúl Cervantes Andrade. Con ello infirió que su punto de vista —expuesto en las páginas de este diario (http://eluni.mx/2g83JrL)— había sido comprado.

El director del IIJ de la UNAM se vio obligado a dirigir una misiva a Lozano para combatir la injuria. Aclaró que, como investigador de esa institución, él no ha cobrado un solo centavo de la PGR. Al mismo tiempo precisó que el Instituto en el que labora ha participado en un sinnúmero de proyectos para reformar esa instancia porque está en su mandato, porque una institución académica no puede mantenerse al margen de los temas relevantes y porque cuenta con los mejores recursos y talentos humanos para participar en la cuestión.

Un día después fue publicada otra información falsa. Llegó a manos de mi compañero Salvador García Soto (http://eluni.mx/2gtp2bJ) un dato más que no tiene fundamento. Escribió mi colega que Cervantes Andrade podría ser o haber sido “abogado oculto” del ex gobernador Javier Duarte.

Para corroborar el argumento llamé a la oficina del procurador y ahí me respondieron que la información es falsa. El despacho fundado por el padre del actual abogado de la nación nunca ha litigado asuntos de peculado, acusación principal que enfrenta el ex gobernador de Veracruz.

Ese bufete fue heredado a los hijos del fundador y, en la actualidad, está cargo de Rafael Cervantes Andrade, hermano del procurador. En su oficina ratificaron que Javier Duarte no tiene ninguna relación con tal despacho.

Lo esencial para nuestra generación es resolver con bien la ley y el nombramiento que están pendientes. Sería además deseable hacerlo construyendo el consenso más amplio posible para que la futura FGR nazca con legitimidad potente.

Me queda claro que no es con falsedades como podremos resolver un tema tan vital como éste. Sobre todas las cosas hay que hacer a un lado los recursos que suele utilizar la retórica de la intransigencia. Como escribió Albert Hirschman hace muchos años, la injuria es uno de los más socorridos.

El problema de esta retórica es que edifica posiciones tan estériles como autoritarias.

Con respecto al nombramiento de Raúl Cervantes Andrade tengo una opinión que he reflexionado con cuidado. No la defiendo como la mejor pero sí puedo asegurar que está fraguada después de muchos años de investigar, acompañar, participar y defender los derechos humanos y la justicia que nos merecemos en mi país.

Por cuestiones de espacio compartiré mi argumentación al respecto en la columna del próximo jueves.

ZOOM: Hoy la procuración de justicia padece la peor de las fragmentaciones, por eso solo los poderosos sacan provecho de ella. Una sociedad fragmentada y sin diálogo es garantía para que las cosas continúen así: sin remedio.

www.ricardoraphael.com

@ricardomraphael

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