El lunes, el periódico español El País, quizá uno de los más influyentes del mundo, publicó que el gobierno de Enrique Peña Nieto puso a disposición del ex dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira, “toda la maquinaria diplomática y legal de su embajada en España para intentar conocer su situación hasta el más mínimo detalle, atender a su familia y sacarle de la cárcel”.

Moreira estuvo detenido el mes pasado en España, acusado de lavado de dinero y vínculos con el cártel de Los Zetas. El artículo titulado Misión: salvar en Madrid a Humberto Moreira señala que desde la procuradora general de la República, Arely Gómez, hasta el personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores de nuestro país en Madrid hicieron contacto con sus pares e interlocutores españoles para tratar de indagar sobre el caso del también ex gobernador de Coahuila y que lo único que encontraron de la justicia y del gobierno de España fue silencio.

“Nos pusieron una muralla y no nos dijeron una sola palabra”, me revela una fuente del más alto nivel en el gobierno federal mexicano. Me advierte que no leyó a detalle lo divulgado por El País, pero acepta que a la procuradora no le quisieron decir nada y que hubo varios intentos infructuosos por indagar qué había detrás del asunto.

“La detención de Moreira nos tomó absolutamente por sorpresa, no la vimos venir”, explica uno de los más cercanos colaboradores del presidente Peña Nieto.

Se sabe que el presidente de México y el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, tienen una cercanía incluso personal. En las cenas de Estado, cumbres internacionales y actos oficiales en que han coincidido se les ve a veces en francas carcajadas. Más allá de las estrechas relaciones entre países, hay una buena amistad entre mandatarios.

Las fuentes consultadas en el gobierno mexicano están dudosas de si la información recogida por El País fue filtrada por el gobierno de España con algún propósito. Por ahora, y con bastante contundencia, me afirman que no ven en el episodio de la detención de Moreira un factor de tensión o distanciamiento entre ambas naciones. Y atribuyen la “total cerrazón de los españoles” a que sus sistemas de justicia y rendición de cuentas es significativamente más independiente y eficaz que el mexicano. Los elogian por ello.

Quizá tal estado de buen ánimo tiene que ver con el resultado, hasta ahora, de la detención: Humberto Moreira tiene un argumento más para decir que ha sido investigado hasta por la justicia ibérica y ha salido exonerado.

Feliz discurso para un personaje que en México es símbolo de corrupción e impunidad, por decir lo menos.

SACIAMORBOS. Murat papá recibió señales de sus jefes y amigos: si quieres que tu hijo sea gobernador, empieza por dejar el país. Le sugirieron irse lejos y mucho tiempo. La primera ya la cumplió: ya se fue lejos. ¿La segunda? A ver si aguanta no meterse en la elección.

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