La Iglesia Católica no sanciona a los fieles por cremar a sus difuntos puesto que no está en contra de esta práctica sólo pide que los cuerpos sean respetados y se considere la fe católica, afirmó José de Jesús Aguilar subdirector de Radio y TV en el Arzobispado de México.

A través del documento "Instrucción Ad resurgendum cum Christo” publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe de El Vaticano indicó que los fieles católicos deben destinar las cenizas de sus difuntos en un lugar santo, no esparcirlas por la naturaleza ni conservarlas en casa.

Ante esta publicación el presbítero comentó que desde 1963 la Iglesia Católica aconseja no conservar en el hogar los restos del difunto por más de 9 días, “recomendación hecha también por tanatólogos”.

“Desde 1963 la Iglesia no prohíbe la cremación siempre y cuando se respete el cuerpo y se tome en cuenta la fe católica, lo que el documento dice es que no es correcto tener las cenizas en casa. La Iglesia aconseja que se tenga un cuidado especial hacia el cuerpo, sea cremado o inhumado, no porque sea cremado se tenga menos respeto, tiene que tratarse con cuidado”, explicó.

Afirmó que el documento no establece sanciones para quienes cremen a sus familiares, aunque se podrá negar al funeral al difunto si dispuso en vida esparcir sus cenizas. “En el caso de que el difunto hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias", dice el documento.

Aguilar comentó que la Iglesia comprende que en México los panteones se han llenado de ladrones y no hay perpetuidad de los cuerpos debido a la inseguridad que prevalece en esos lugares, por lo que mucha gente ha abandonado poco a poco los camposantos.

“En cuanto a la situación pastoral, la Iglesia entiende que en México los panteones son lugares de rateros, los cementerios ya no ofrecen seguridad, se abren las tumbas y a mucha gente le conviene tener las cenizas una Iglesia o urna, por lo que la gente va dejando poco a poco los panteones por esta situación”, subrayó.

Aclaró que no depende de la sepultura o de la cremación el que una persona vaya al cielo, puesto que al morir el cuerpo se separa del alma, por lo que no hay ninguna diferencia. Sin embargo, la tradición católica señala que el cuerpo ha sido templo del espíritu santo desde el bautizo, por lo que merece respeto.

“En la memoria de la muerte, sepultura y resurrección del Señor, misterio a la luz del cual se manifiesta el sentido cristiano de la muerte, la inhumación es en primer lugar la forma más adecuada para expresar la fe y la esperanza en la resurrección corporal”, argumenta el documento.

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