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En vísperas de la segunda vuelta de las presidenciales de Francia, la campaña del candidato centrista Emmanuel Macron denunció haber sufrido un “hackeo masivo” de documentos, en un ambiente ya enrarecido por la detención de un presunto islamista al que se le hallaron armas.
La campaña del movimiento En Marcha reveló que varios gigas de archivos internos del equipo de Macron, incluyendo correos electrónicos y documentos de contabilidad, fueron diseminados en las redes sociales a través de un página difundida por el sitio WikiLeaks y viralizada en Twitter por la extrema derecha.
El equipo de Macron, quien según encuestas le lleva unos 20 puntos de ventaja a su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, afirmó que se trató de “una acción de pirateo masivo y coordinado”, y estimó que la operación, lanzada “en la última hora de la campaña oficial, constituye de manera manifiesta una desestabilización de la democracia”. También aseguró que se mezclaron los documentos hackeados con otros falsos para “sembrar la duda y la desinformación”.
Horas antes, el miedo regresó a Francia, al anunciarse la detención de un presunto islamista cerca de una base militar en el noroeste de París. El hombre había jurado fidelidad al grupo Estado Islámico (EI), según una grabación hallada en un dispositivo USB descubierto en su automóvil, informaron fuentes cercanas a la investigación. En el vehículo se hallaron banderas del EI y también cerca de la base militar de Évreux, en donde localizaron un fusil, dos pistolas y municiones. “Fotos suyas, vestido como combatiente con hombreras y una cinta del EI” también fueron encontradas en el USB.
Además, activistas de Greenpeace desplegaron una banderola contra Le Pen en la Torre Eiffel, en la que se leía: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, en alusión al lema de la República francesa. Doce personas fueron detenidas, pero la acción reveló fallas en la seguridad policial.
Por su parte, la candidata del Frente Nacional (FN) fue abucheada por militantes de izquierdas durante una visita electoral a la catedral de Reims, en el noreste del país, en un acto público días después del debate del miércoles, que ella perdió. Tras media hora en el templo, Le Pen salió por una puerta trasera, pero no se libró de los reproches de un grupo de personas que le gritaron: “No estás en tu casa”.