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Tapachula.— De las montañas de Quetzaltenango, Huehuetenango y El Quiché, llegaron —a mediados de octubre— familias de indígenas mames y kakchiqueles para buscar trabajo temporal en las fincas de Soconusco; los capataces no sólo contrataron a las mujeres y hombres, sino también a niños de cinco a 13 años de edad.
El ciclo escolar había concluido a mediados de octubre en Guatemala y fue cuando las familias de indígenas tomaron sus pertenencias para cruzar la frontera, pero por la precariedad económica, algunas de ellas pidieron al Instituto Nacional del Migración (INM) que les eximieran del pago de 350 pesos, para contar con la forma migratoria FL de trabajador agrícola, pero la gran mayoría tuvo que desembolsar el dinero para poder tener trabajo en México.
En las fincas, las familias fueron instaladas por los encargados en barracones, las mujeres reunieron leña, limpiaron frijol y cocieron maíz para la manutención de sus familias en los meses que laborarían en el corte de café que se irá al extranjero, en bolsas con la leyenda de Comercio Justo, pero que fue recolectado por niños en jornadas de hasta 10 horas.
El 30 de octubre pasado, llegó la denuncia que daba a conocer que en las fincas cafetaleras se empleaban niños guatemaltecos, durante la presentación en Tapachula de la Campaña Nacional de Prevención de la Tratar de Personas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Los funcionarios que estaban en el evento, se interesaron en el caso y procedieron a diseñar un operativo para el 10 de noviembre, en el que participaron elementos de la Policía Federal, el Instituto Nacional de Migración (INM), el Grupo Beta y oficiales de la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos en Contra de Inmigrantes.
En las fincas los niños llegaban a trabajar jornadas de hasta 10 horas, percibiendo por cada kilo del grano cortado, un peso con 50 centavos, igual que un adulto.
Con la ayuda de canastos, los niños recolectaron el grano, para luego limpiar sobre un plásticos en el piso y finalmente trasladar la carga en un costal, hasta el sitio donde se llevará a cabo el proceso de despulpe. Cuando los niños presentaban la carga, recibían un papel con el peso de lo recolectado y cobraban al final de la jornada.
Cuando el operativo ingresó a las fincas, los menores continuaron con sus labores y algunas oficiales les dijeron: “No tengan miedo. Venimos a ayudarles. Van a ir a declarar, pero les vamos a pagar su día”.
Los agentes buscaban hablar con los encargados de las fincas, pero al parecer huyeron cuando notaron la presencia de los vehículos oficiales, por lo que únicamente dieron la cara guatemaltecos que estaban ahí.
Los jefes de familia, muchos de ellos que casi no hablan español, aseguraron que llegaron de Guatemala, para emplearse en el corte de café, labor que concluye hasta el mes de marzo, porque en su país, “no hay trabajo” y el salario mínimo en el campo, “es muy bajo”, 78.72 quetzales (157.44 pesos), pero aunque quisieran trabajar allá “no hay dónde trabajar”.
Horas después del operativo, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social pidió a los dueños de las fincas retirar de las plantaciones a todos los menores de edad que trabajan ahí. El representante de la Secretaría, Édgar Eduardo Largher Cruz, aseguró que en las fincas laboran entre 50 a 80 niños guatemaltecos que llegaron a México acompañados de sus padres, por lo que no fue conveniente trasladarlos al INM o al DIF.
En las fincas, la Secretaría encontró que no se reúnen las condiciones de higiene y salud para los trabajadores temporales, con lo que contraviene a la Ley Federal del Trabajo.
Otras de las disposiciones de la Secretaría fue prohibir el trabajo de mujeres en estado de gestacióno lactantes. Además prohibe que se realice carga de materiales de más de siete kilogramos a menores de 18 años. Pide a los dueños de las fincas establecer sistemas higiénico de agua potable, lavabos, regaderas, vestidores, casilleros, excusados y mingitorios dotados de agua corriente, separados los hombres y mujeres, con debidas señalizaciones.
