Fue a mediados de octubre cuando Yuri realizó la que, hasta ahora, ha sido la principal acción de lanzamiento de su último álbum en nuestro país. ¿El escenario? La discoteca Fausto, icónico recinto que reúne al mundo gay capitalino, y en el que la mexicana no sólo se sintió como una diva, sino que además vio toda su carrera pasar frente a sus ojos, en los trajes de diversos transformistas. Al recordarlo hoy, la cantante no puede contener las lágrimas.

"Es que vi a las Yuris de todas las épocas, y me vino como una remembranza, porque me vi como la Yuri niña, la que llegó aquí, de 18 años, cuando mi mamá estaba conmigo. Chile es uno de los países que siempre me ha apoyado, y me dio mucha alegría ver a los chicos imitarme en todas mis etapas. Para mí es padrísimo que en las discotecas gay se vistan y me representen", afirma.

La cercanía con ese mundo no es nueva entre las divas de la música, tanto de la esfera latina como de la anglo. Figuras como Madonna, Kylie Minogue, Cher, Gloria Gaynor y Gloria Trevi, han sido elevadas a lo más alto por esa comunidad. Claro que en el caso de Yuri el tema tiene otras connotaciones: Desde mediados de los 90, la mexicana abrazó fuertemente el cristianismo, lo que la llevó incluso a abandonar el pop por varias temporadas, para dedicarse a la música religiosa. En su iglesia, la voz habitual ha sido ir por el lado del cuestionamiento a la homosexualidad, y el rechazo firme a iniciativas como el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Yuri quiere ofrecer una mirada diferente, y para eso saca a relucir las escrituras, además de su propia experiencia: "Mi ejemplo a seguir es Jesús. La Biblia dice que Jesús estuvo con los pecadores, que vino por los pecadores, no por los buenos. Yo no soy señaladora, yo amo a los gays, porque Dios me dice que los ame. No soy juez de ellos. Yo era adúltera, ¿entonces yo también me tengo que ir al infierno?".

-¿Y estás de acuerdo con el matrimonio gay?
-A lo mejor no estoy de acuerdo, a lo mejor dentro de mi fe hay algo que (me frena), pero no quiere decir que no los ame. No porque yo lo diga tienen que hacerlo, o tienen que excluirlos. No hay que señalar o crucificar a las personas, no tenemos la autoridad para hacerlo, y hay una parte de la Iglesia que crucifica a las personas. (...) Yo amo a la comunidad, que aparte de lo religioso son un público muy fiel... ¡Ellos no compran discos piratas, pagan por las descargas! La gente de la comunidad tiene algo muy hermoso, ellos aman a sus artistas, los defienden.

-¿Qué es para ti ser icono gay?
-Es algo muy padre, una satisfacción. La comunidad es exigente, y qué bueno que sean así, porque me han hecho crecer, ser muy creativa. Cada vez que hago un video, un disco, pienso mucho en ellos, porque es la mayoría del público que me sigue. Y mis conciertos siempre están llenos, yo creo que el 70 por ciento son de la comunidad. Ellos me han enseñado a crecer, a no quedarme, y creo que con 51 años aún me queda mucho, puedo seguir haciendo muchas cosas.

La última de ellas será su paso por Teletón, evento en el que asumirá intervenciones en calidad de animadora. Pero la primera de esas cosas que la nueva Yuri se animó a hacer fue, por cierto, Invencible, el disco que lanzó este año, y en el que sorprendió con un giro hacia lecturas más modernas del pop, gracias al trabajo con artistas como Jesse & Joy y Reik, e incluso permitiéndose duetos con reggaetoneros como Yandel. La placa, además, marca su debut como compositora.

-¿Qué te llevó a atreverte a componer recién ahora, con más de 50 años y cerca de 30 de carrera?
-Porque siento que para contar tus historias tienes que estar sano. A veces no estás listo para contar las historias que han fragmentado parte de tu corazón. Yo, al pasar el tiempo y al ser cristiana, he sanado muchas heridas, cosas de mis amores pasados. Y en este disco, todos estos jóvenes maravillosos con los que trabajé me sacaron la sopa. "¿De qué quieres hablar?", me dijeron. Pues de todo, de amores, desamores, cosas para la gente joven. Este disco está más dedicado a la gente joven, me salí un poco de mi zona de confort, porque yo ya tengo un público cautivo de treintones, cuarentones y sesentones. Pero la gente de 20 ó 15, me conocían por medio de la abuelita o la mamá, yo para ellos era "la señora Yuri", ésa que canta "La maldita primavera". ¿Pero cómo podía yo llegar a ellos? A través de lo que a ellos les gusta, de sus artistas.

-¿Y a qué te saben estas primeras canciones firmadas por Yuri?
-Me siento bien, me siento plena, siento que he hecho cosas diferentes, y que valió la pena salirme de mi zona de confort, aunque fue difícil, porque de estar cantando 38 años igual, llegan los jóvenes y me dicen "no cante así, porque su voz suena antigua". Tuve que adaptarme, porque el artista tiene ego. Y yo he aprendido mucho de todos estos jóvenes.

-Y tu disco se llama Invencible... ¡Qué título que le pusiste!
-Totalmente, así como que "ah, ahora ésta se cree la Supergirl" (risas). Te voy a contar: Cuando me meto a componer, estoy pasando por situaciones muy difíciles en mi vida, como la muerte de mi hermano, que lo atropellaron a los 51 años, era un hombre joven, sano. Vino un cambio de management, que para mí fue como un divorcio, después de 25 años juntos. Fue un proceso muy duro, muchas cosas se movieron a mi alrededor. Entonces, cuando me senté a componer, ésa ("Invencible") fue la primera canción que salió. Mónica Vélez (compositora de "Mientes", de Camila) fue como mi terapeuta, me dijo "siéntate y cuéntame cómo te sientes". Y yo me solté, le dije "me estoy sintiendo como si estuviera dentro de un huracán, todo se mueve a mi alrededor, y me duele, pero tengo paz. Así me siento, como invencible, que todas esas emociones que se mueven no me llevan a la tragedia". Y ahí empezamos a hacer esa canción. Yo retomé el vuelo, a pesar de mis problemas. No me hundí, como antes.

sc

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