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La edición del Centenario de la Copa América llegó a su fin; dejó una gran ganancia económica, pero muchas dudas en cuanto a nivel futbolístico se refiere.

Aunque el trofeo se quedó justo con el que lo trajo a tierras estadounidenses: Chile.

No cabe duda que en el nivel económico, la Copa fue un éxito, con la gran derrama dejada por el pueblo latino que habita en la Unión Americana y que hizo el gran esfuerzo de llenar en su mayoría los espectaculares estadios donde se celebraron los 32 juegos y llenar los hoteles de las 10 sedes utilizadas.

En tan sólo una ciudad como Pasadena, donde se desarrollaron dos partidos: Colombia-Paraguay y México-Venezuela, la ganancia se calculó en 30 millones de dólares.

En la cuestión cancha, durante la primera fase hubo varios “favoritos” que decepcionaron comenzando por Brasil, la primera gran “mala” sorpresa de la Copa al quedar fuera de la “mano”, literalmente, de su derrota frente a Perú. Escándalo que se propagó con la mala decisión arbitral que utilizó la teconología para poder remediar el error, lo que al final no se hizo. Uruguay también fue víctima del virus “sorpresa”, lo mismo Paraguay, decepciones del lado sudamericano, siendo Estados Unidos y Venezuela quienes alzaron la mano como invitados a la fase de cuartos de final.

En cuartos, los estadounidenses siguieron rompiendo quinielas al echar a Ecuador. El logro era mucho más de lo que se esperaba del equipo de Klinsmann.

Colombia, Argentina y sobre todo Chile con su goleada a México, volvieron las cosas a la normalidad, al pasar a semifinales y se enfilaron en busca de la gloria.

Los cuatro equipos que llegaron a las instancias finales vieron cómo los dos favoritos despegaron: Argentina y Chile.

Los albicelestes abusaron de los anfitriones, mientras que los andinos, los campeones reinantes, dieron cuenta de los colombianos con lo justo, no más que lo suficiente.

Las figuras en su mayoría brillaron por su ausencia. Luis Suárez no se pudo recuperar de la lesión que arrastraba desde Barcelona, y sólo acudió al torneo para realizar berrinches. James Rodríguez apenas dio algunas pinceladas de su talento en el andar colombiano, decepcionando al final.

En la gran final, en el juego definitivo, Arturo Vidal lució como siempre, siendo un guerrero durante todo el partido en todas las partes del campo, siendo el alma del equipo chileno. Al final, en la ronda de los penaltis, falló el primero, levantándose Claudio Bravo como el gran héroe.

Lionel Messi utilizó el torneo para volverse el máximo anotador en la historia de la selección de Argentina, al superar al legendario Gabriel Batistuta. A la hora de la verdad, en la serie de los penaltis, volvió a demostrar que es un gran jugador, el mejor del mundo, pero que no puede compararse con los inmortales del balompié mundial.

Chile se alzó como campeón de la Copa América Centenario, un torneo que se forjó para celebrar el campeonato de nacionaes más antiguo del mundo. El éxito económico estaba garantizado y cumplió con las expectativas... Y en el futbolístico, quedó a deber.

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