El primer episodio del sueño de los Tigres comienza en su casa y ante un gigante continental. La serie final de la Copa Libertadores arranca en el estadio Universitario entre los felinos del norte y River Plate.

Con su plantel de 53.9 millones de dólares, los norteños se sienten favoritos para vencer al histórico club argentino, que no se corona en este certamen desde 1996.

“Han visto en los partidos la gran calidad del plantel que tenemos y claro que lo aceptamos [el favoritismo]. Tenemos que agarrar ese compromiso con nuestra afición. Hay que demostrar nuestro potencial en la cancha”, asume Miguel Ángel Garza, delegado deportivo de los regios.

“Ahora no podemos bajar los brazos, vemos que los muchachos están metidos al 100 por ciento con el cuerpo técnico para ganar”.

Tigres, tercer equipo tricolor en una final de Libertadores, pudo haber dejado fuera al cuadro millonario en la ronda de grupos pero “le echó la mano” al vencer en la última jornada al San José boliviano.

Los mexicanos jugaron con River en la ronda de grupos con un saldo de dos empates (1-1 en el Monumental de Buenos Aires y 2-2 en el Universitario).

Por reglamento de Conmebol, la serie se tiene que cerrar en Argentina, pese a que los felinos hicieron un mejor papel en el certamen.

“El equipo sabe lo que tiene que hacer. Estamos muy motivados e ilusionados con lo que podamos jugar y quedarnos con este torneo tan prestigioso”, describe el habilidoso volante Jürgen Damm.

El equipo de la UANL tiene en sus botines conquistar la primera Libertadores para un equipo nacional.

Desde 1998, ese cetro se le ha negado a México. La Máquina Cementera en 2001 fue el cuadro que estuvo más cerca al caer en penaltis contra Boca Juniors en La Bombonera.

Los clubes mexicanos tienen ventaja sobre la escuadra bonaerense, aunque en fase de eliminación tienen un saldo de 2-2. En total son cinco triunfos tricolores, seis empates y cuatro caídas.

Chivas y Cruz Azul marginaron a River, mientras que Santos Laguna, con un polémico arbitraje, y el América sucumbieron ante el coloso argentino.

“Va a ser una final muy fuerte e intensa. Es un rival que tiene mucha jerarquía, pero nosotros vamos a hacer lo nuestro para complicarles, porque no les vamos a regalar nada. Estamos esperanzados en que vamos a salir campeones de la Libertadores”, expresa el zaguero de Tigres, Jorge Torre Nilo.

River sólo cuenta con dos coronas de la Libertadores en sus vitrinas, en 1986 y 1996. Los Millonarios no disputan la final desde que vencieron al América de Cali hace 19 años.

Los argentinos reconocen que están en una serie que no se finiquita con el choque de esta noche, sino en dos duelos que pronostican intensos.

“Será un partido de 180 minutos, la concentración tiene que ser máxima. Hay que manejar la ansiedad y los nervios, con la confianza necesaria con la que hemos llegado a esta instancia de privilegio”, señala el técnico de River, Marcelo Gallardo, mediocampista de aquel conjunto campeón en 1996 bajo la conducción de Ramón Díaz.

Tigres va por sacar una ventaja que le permita soñar con alzar la Libertadores en Buenos Aires. Hoy, la ilusión se pone en juego ante un equipo histórico en América.

Sin Aquino. Los Tigres resentirán la baja de uno de sus hombres más desequilibrantes en el ataque.

Javier Aquino es una baja confirmada para el duelo de esta noche en el estadio Universitario.

“El futbolista sigue su proceso de recuperación. No está considerado para el partido de este miércoles de la Copa Libertadores”, señala el club mediante un comunicado de prensa.

La plaza que deja vacante Aquino será ocupada por Damián Álvarez, quien tuvo su nacimiento futbolístico en la institución millonaria.

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