A mediados de 2021, Eliud Guadalupe “M” estuvo preso en Nuevo León por homicidio. Había matado a un hombre en una vulcanizadora: le pegó con un mazo en la cabeza y lo continuó golpeando hasta desfigurarlo, con un gato hidráulico.

Un año más tarde, sin embargo, se encontraba libre.

¿Por qué salió de prisión? Las autoridades del estado intentan esclarecer las causas.

En 2022, el joven que el pasado 19 abril asesinó en una calle al candidato panista Noé Ramos --quien buscaba la reelección en la alcaldía de El Mante--, comenzó a anunciar a través de TikTok que tenía una “guerra” en contra de los políticos y que antes de morir “me llevaré muchos cabrones”.

“A ustedes los políticos no los quiero, ¿para que nos roben, nos maten?... Mi guerra es con ellos, si tengo que corretearlos como loco, los voy a corretear, pero yo tengo que vivir en paz, así como eran antes”, declaró.

Probablemente Eliud Guadalupe pasó un tiempo en San Luis Potosí, porque llevaba encima una licencia de conducir expedida allá. De regreso en El Mante, y a pesar de su comportamiento extraño, halló trabajo en una carnicería. Fue ahí donde obtuvo el cuchillo con que el viernes pasado asesinó al candidato de Fuerza y Corazón por Tamaulipas.

De acuerdo con las investigaciones, tenía poco trato con la gente, pero le había anunciado a dos personas lo que iba a hacer: que iba a matar al candidato. Ninguna le creyó: “lo tiraron de a loco”.

Desde el día 17 Eliud faltó a su empleo. Solía consumir drogas, aunque su madrastra asegura que a últimas fechas había dejado de hacerlo.

El viernes 19 el candidato opositor caminaba por calles de la colonia Azucarera, tocando puertas como parte de su campaña política. Eliud se acercó a los miembros de la comitiva, les pidió una gorra y una playera y se sentó más adelante, en el quicio de una puerta, a esperar.

La escolta de Ramos, pagada por él mismo, constaba de nueve personas y estaba formada por militares y marinos retirados. Ese día solo lo acompañaban tres de los elementos.

Ramos había solicitado protección al gobierno de Américo Villarreal en diciembre de 2022. En esa fecha acudió al Congreso del estado para denunciar que en 45 días había recibido dos amenazas de muerte. “Para que luego no digan: es que el alcalde no dijo nada, yo les avisé”, declaró.

Entre diciembre de ese año y febrero de 2023, se le brindó un servicio compuesto por patrullajes y rondines. Ramos reiteró más tarde la exigencia de seguridad en oficios entregados al gobierno estatal el 29 de mayo, el 31 de mayo y el 6 de junio de 2023.

De acuerdo con el PAN, que acaba de presentar una denuncia por omisión, la administración de Américo Villarreal no atendió ninguna de estas solicitudes. Ramos aseguraba que había recibido dos mensajes, y que temía por él y por su familia.

En esos días había llegado como jefe de plaza a la región de El Mante, enviado por el Cártel del Golfo desde Matamoros, Jonathan Damián Castro Hernández, apodado Escorpión 75. Las autoridades del estado tuvieron conocimiento del repunte en las extorsiones a ganaderos, cañeros, comerciantes, empresarios agrícolas, sindicatos, cooperativas y funcionarios de riego de la zona.

Entre los operadores de Escorpión 75 estaba una mujer, de nombre Cinthia, conocida como La Voz: era la encargada de llevar los mensajes al jefe de plaza.

El nuevo capo emprendió la cacería de sicarios del Cártel del Noreste, que por entonces dominaban la región, poblando El Mante de muertos, “levantones”, balaceras y sangre.

Supuestas cartulinas de este último grupo acusaron poco después al alcalde Ramos de haber pactado con ellos para que, a cambio de la entrega de “la plaza” y de 10 millones de pesos, le quitaran de encima al Cártel del Golfo.

Fue precisamente en esos días cuando Ramos solicitó protección al gobierno estatal y reveló que era objeto de amenazas.

El pasado 19 de abril, Eliud Guadalupe “N” se acercó al candidato para pedirle una selfie y lo mató de una sola, certera puñalada en la arteria aorta. A los 24 años de edad, ¿dónde y cómo había adquirido tal destreza?

El agresor echó a correr en medio de los gritos de la gente: unas 50 personas que miraban o formaban parte del recorrido. Uno de los tres escoltas que acompañaban a Ramos intentó detener a Eliud e hizo seis detonaciones. Ninguna dio en el blanco.

Tanto el secretario de Gobierno de Tamaulipas, Héctor Joel Villegas, como el vocero Jorge Cuéllar negaron que el candidato asesinado hubiera solicitado protección: “No hay ninguna solicitud por parte del candidato Ramos”. Américo Villarreal declaró que se investigaba a los escoltas.

Ese día, en pocos minutos se desplegó un operativo que selló la central camionera, así como las entradas de la ciudad. Se dice que calles más adelante Eliud abordó un taxi. En cámaras de seguridad cercanas al lugar de los hechos su imagen se obtuvo rápidamente.

No salió de la ciudad, ni se refugió en algún domicilio. De acuerdo con las autoridades, terminó ocultándose bajo un puente, donde intentó robar a unos transeúntes.

Cuando anunciaba sus intenciones o se pronunciaba en las redes, varias personas interactuaban con él. ¿Alguien lo condujo hasta Ramos? ¿O se trata simplemente de un fanático que, según declara él mismo en sus publicaciones, fue elegido por Dios “para hacer justicia en la tierra”?

Alrededor de 30 candidatos han sido asesinados en lo que va del proceso electoral y otros 70 mil andan en campaña, disputando 20, 375 cargos.

Urge saber qué fue exactamente lo que pasó en El Mante.

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