En México hay 16.4 millones de jóvenes con problemas para ingresar al mercado laboral de manera digna y representan más de la mitad (52%) de la población de entre 15 y 29 años, de acuerdo con estimaciones de .

Estos jóvenes afrontan tres condiciones básicas que los limitan, explicó Paulina Gutiérrez, coordinadora de esa organización. Primero, por la exclusión, pues 5.1 millones están fuera de la escuela, sin estudios universitarios y sin trabajo, y de ese total, 79% son mujeres.

Además, hay 8.2 millones que laboran en trabajos precarios, que también están fuera de la escuela, sin estudios universitarios, empleados con un salario insuficiente y sin seguridad social.

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Fuente: IMSS
Fuente: IMSS

En tercer lugar hay 3.1 millones en pobreza de ingreso, sin estudios universitarios y, aunque siguen en la escuela, viven en hogares en pobreza o vulnerables por ingresos.

Los dos principales problemas que enfrentan los jóvenes para integrarse al mercado laboral son la falta de experiencia que las empresas requieren, así como la falta de competencias técnicas que se necesitan para las posiciones, comentó Martha Barroso, directora de People & Culture de ManpowerGroup Latam.

Política pública

Con el objetivo de impulsar su empleabilidad, esta administración creó el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que de 2018 a 2023 ha ejercido casi 100 mil millones de pesos y reporta una cobertura de 2.9 millones de participantes, cifra superior a la meta original de 2.3 millones.

Sin embargo, tiene grandes limitaciones y retos en su diseño e implementación para lograr resultados y revertir barreras de empleabilidad de jóvenes, advirtió Gutiérrez.

El número de jóvenes con trabajo formal registrado en el IMSS a finales de 2023, con respecto a los que había a finales de 2018 no ha crecido, lo que revela que el programa no funciona, afirmó la especialista.

De hecho, hay 131 mil jóvenes menos con empleo formal con respecto a 2018, lo que contrasta con el crecimiento de 2 millones con trabajo formal en ese periodo.

Fue un programa que nació con mucha fuerza, pero se fue desvirtuando porque hay quienes sólo buscan cobrar un ingreso adicional sin lograr su efectiva integración al mercado laboral, estimó Barroso.

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Problemas y limitaciones

Entre las principales limitaciones de plan, Gutiérrez destacó que no prioriza a jóvenes con mayores barreras de empleabilidad, con rezago escolar u otras condiciones que frenan o impiden la inserción laboral.

Además, tiene un sesgo geográfico que reduce la cobertura en ciudades y zonas metropolitanas donde hay más jóvenes fuera de la escuela y trabajo. Tampoco garantiza una experiencia laboral significativa ni capacitación, agregó.

El programa no permite usar recursos para la participación, por ejemplo, de otras entidades de capacitación, como las organizaciones de la sociedad civil, las cuales trabajan con jóvenes y saben cómo acompañarlos y capacitarlos.

Por ejemplo, las habilidades socioemocionales o “blandas”, las más relevantes para conseguir empleo, carecen de prioridad, y no se promueve la certificación de aprendizajes, dijo. Tampoco vincula a jóvenes con programas de intermediación laboral o “bolsas de trabajo”.

Clientelismo político

La transferencia monetaria del plan es mayor que las becas para estudiantes, lo que incentivaría el abandono escolar, dijo Gutiérrez.

Junto a ello, el programa cerró la inscripción abierta en línea para jóvenes a mediados de 2022, para realizar eventos de registro organizados por los servidores de la nación, así se sumó al modelo operativo del resto de los programas de transferencias, que facilita el clientelismo político.

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El programa debería ser reformulado, comentó Barroso, buscando trabajar de manera más asertiva con las competencias de los jóvenes, ver la forma de que las organizaciones se involucren más, así como tener métricas más claras.

“El programa termina, y si el joven no fue colocado en la organización, se pierde el contacto con esa persona y no puede ser buscado quizá para otra opción”, agregó.

En opinión de Gutiérrez, se requiere revalorar e invertir en los subsistemas de educación técnica y capacitación para el trabajo para que los jóvenes que vienen con estas barreras y educación deficiente puedan adquirir las habilidades y competencias para un trabajo.

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