Golazo y a cuartos

Guadalajara.— Las Chivas están en la Liguilla de forma directa. Pero el héroe no fue Javier Hernández, quien reapareció 14 años después en el Jalisco, sino el Piojo, Roberto Alvarado, quien en todo el torneo ha llevado al equipo en sus hombros.

Golazo de Alvarado [74’] que definió el clásico tapatío frente al Atlas (0-1) y mete a las Chivas los cuartos de final, echando a los Tuzos del Pachuca al Play-In, para tapar muchas bocas que consideraban que el torneo de Fernando Gago era un fracaso.

Cinco victorias seguidas en la parte final del campeonato, hablan de que este Rebaño puede aspirar al título.

Los clásicos también se arman de circunstancias, y el tapatío tuvo sus razones a explotar. Las Chivas iban por entrar de forma directa a la Liguilla y el Atlas a salvar el poco orgullo que le quedaba.

Por eso, el inicio del juego fue tan intenso, por eso los rojinegros se vieron irreconocibles, siendo atrevidos y dinámicos de inicio y por eso el Rebaño dominó con base en un mejor juego de conjunto.

El duelo se abrió de inmediato. Las ganas de hacer daño al rival lo convirtió en un ida y vuelta, con las áreas pobladas.

Atlas llegaba más, pero siendo desorganizado, sin poder terminar las jugadas de forma lógica y peligrosa. Chivas se tardaba, pero la finalización los acercaba más.

El tanto llegó, Ricardo Marín empujó el balón al fondo, pero el asistidor estaba en fuera de lugar.

Lo ganado en la primera parte se perdió en el inicio de la segunda cuando las fuerzas de equilibraron. Ambos equipos empujaban en direcciones contrarias, los roces y choques se volvieron en protagonistas. Hasta que Fernando Gago se acordó de Javier Hernández y lo mandó al campo, para que así el Rebaño recobrara intensidad.

Pero el héroe no fue Hernández, sino Roberto Alvarado, quien encontró el espacio para mandar un tremendo disparo que se coló en el ángulo superior derecho de Camilo Vargas, que dio el pase directo a Chivas a la Liguilla.