Prepárese por que quizá sea necesario que tenga que salir a las calles a defender la transformación. Todo el bienestar que se logró en los últimos cinco años: nuestro sistema de salud igual a de Dinamarca, nuestros trenes refinerías y aeropuertos, nuestra megafamacia, nuestro dinero en efectivo de los programas sociales, todo eso está en riesgo.

Nuestra nueva patria sin corrupción, sin inseguridad y con menos desigualdad, está hoy amenazada por las fuerzas conservadoras integradas por oligarcas, jueces, partidos de oposición, periodistas y hasta los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, quienes están uniendo fuerzas para que en esta elección haya un golpe de Estado o, ya de menos, un fraude que sirva para que el corrupto conservadurismo impida que gane la candidata que está destinada a construir el segundo piso de la Cuarta Transformación.

La amenaza es real, las filas de los enemigos de la transformación del país han crecido.

En los últimos cinco años en México ha habido dos transformaciones: una buena, la que nos ha llenado de bienestar y bendiciones, la 4T, creada y dirigida por ya sabe quién. Y otra, la retrógrada, la neoliberal, la que encabeza la mafia del poder.

Presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Gabriel Pano / EL UNIVERSAL
Presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Gabriel Pano / EL UNIVERSAL

La 4T logró acabar con el cáncer de la corrupción, con el flagelo de la impunidad, e incluso domar al virus del Covid, pero también, hay que decirlo, ha perdido algunas batallas, quizá la más importante de ellas es que en estos cinco años no pudo salvar a todos los ciudadanos del pueblo bueno de caer en las garras del conservadurismo.

Ejemplos de esta transformación de gente buena, honesta, y hasta revolucionaria, que pasaron a las filas del conservadurismo existen muchos.

Por ejemplo, los padres de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, de este grupo de jóvenes que fueron desparecidos en el gobierno del priista neoliberal Enrique Peña Nieto. Estos hombres y mujeres, quienes con su dolor y sed de justicia, fueron punto de apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador en la elección de 2018, quien tomó sus banderas y con ellas hizo campaña prometiendo que los jóvenes aparecerían, ya no son más sus fieles seguidores. Ahora, estos padres y su movimiento huelen a PRI, le llaman traidor al Presidente, y, resortera en mano, le tiran la puerta de su casa, el Palacio Nacional. Fueron tragados por el conservadurismo.

Marchan familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Foto: Fernanda Rojas/ EL UNIVERSAL
Marchan familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Foto: Fernanda Rojas/ EL UNIVERSAL

Y, qué le parece la trasformación que vivieron los habitantes de la Ciudad de México, esta ciudad que con tanto amor y esperanza gobernó AMLO, esta metrópoli a la que él le mostró lo que significa la honestidad valiente, a la que le construyó su segundo piso, y que ahora se ha “EnPANizado” y “derechizado”. El pueblo bueno y obediente que él dirigió al inicio del milenio poco a poco se ha vuelto aspiracionista y con ínfulas de clasemediero, y parece ya no tener remedio, pues se ha vuelto un pueblo fifí que ha caído en las garras del conservadurismo, del racismo, del clasismo, y todo lo que acabe en ismo.

No hay un ámbito en el que los conservadores no hayan ganado terreno. Otro ejemplo de descomposición es el de la universidad que lo educó, su alma mater que le dio ideales de izquierda, pero que ya se derechizó.

“Todas las universidades han sido sometidas por el pensamiento neoliberal, todas. Es lamentable que la UNAM se haya derechizado como sucedió en los últimos tiempos”, dijo el presidente en octubre del 2021 y advirtió que la máxima casa de estudios requiere de “una sacudidita”. Es triste ver como las limitadas mentes que hoy están dentro de la UNAM quieren conservar sus privilegios y no permiten la llegada de las lumbreras del pensamiento que tiene la 4T en sus filas, y son capaces de confabularse en un golpe contra el padre de la transformación.

Foto: UNAM
Foto: UNAM

Ante este panorama, es el propio Presidente quien ha anticipado que sobre este gobierno transformador se ha posado una nube negra que presagia fraude o golpe. Así que ya lo sabe, y el que advierte no traiciona, si usted quiere defender su dinero bimestral, sus medicamentos, su servicio médico de calidad, sus calles seguras y pacíficas, su tren, su refinería, su aeropuerto y su tranquilidad, manténgase atento al llamado de la 4T, pues si la mafia del poder quiere hacer un fraude o dar un golpe de Estado, usted tendrá que salir a las calles a defender su transformación.

Por si caso, vaya apartando un pedacito de espacio sobre el Paseo de la Reforma, Avenida Juárez y la plancha del zócalo, para que monte su tienda de campaña en el plantón 2024 por defensa del voto.

AMLO no está solo, y él tampoco nos dejará solos. Si el Poder Ejecutivo anula la elección, o hay un fraude, él, aunque ha prometido que el último segundo de septiembre dejará el poder y se irá a su finca en Palenque y ha dicho que es más maderista que Madero, no será capaz de abandonarnos a nuestra suerte. Él no dejará la silla presidencial hasta que no se logre una elección sin fraude, así sea necesario que pasen 10, 15 o 20 años.

Sufragio efectivo, no reelección, a menos de que haya fraude o golpe.

ME CANSO GANSO. – Algo no cuadra

La gran mayoría de las encuestas señalan que Claudia Sheinbaum aventaja en la contienda por la presidencia. Las más generosas le dan una ventaja de mayor a 30 puntos, y las más conservadoras 7 u 8. Ella cuenta con el apoyo de 23 gobiernos estatales y el de la Ciudad de México. Las Fuerzas Armadas, que son las que podrían apoyar un golpe, son un pilar de la Cuarta Transformación. El Presidente asegura que en México es el pueblo que lo apoya es mucha pieza y está politizado, y que los conservadores que quieren que regresar a un régimen que les de privilegios son menos que están con su movimiento de transformación. Si todo está a favor del oficialismo, si en las urnas van a arrasar, entonces ¿para qué se requiere de un golpe? Con una diferencia abismal de votos, como la que las encuesta prevén que existirá ¿es posible un fraude electoral? ¿No será que alguien desea un escenario de turbulencia política que impida un cambio de gobierno? Aquí algo no cuadra.

Claudia Sheinbaum en Morelos. Foto: Diego Simón/ EL UNIVERSAL
Claudia Sheinbaum en Morelos. Foto: Diego Simón/ EL UNIVERSAL
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